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"Legalizar la marihuana desfinanciaría el negocio del narcotráfico en un 50 por ciento"

Lo dijo Ignacio Canabal, titular de una ONG rosarina que asesora a jueces y al Uruguay en la ley cannabis. Alientan el autocultivo y defienden el cannabis sin disimulo desde hace años.

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Defienden a la marihuana sin disimulo y desde hace años. No los achicó el generalizado rechazo a los efectos que el narcotráfico trajo a la ciudad en los últimos tiempos ni la censura oportunista de quienes en otro contexto (o simplemente en privado) le habrían alzado el pulgar. Por eso, el presidente de la Asociación Rosarina de Estudios Culturales, Ignacio Canabal, sostiene que nunca tanto como hoy se impone un nuevo paradigma en política de drogas y, en especial, avanzar en la legalización del cannabis para consumo personal, básicamente a través del "autocultivo". ¿Por qué? Porque esa medida "desfinanciaría el 50 por ciento del negocio del narcotráfico" y reduciría los riesgos del "reemplazo" de sustancias que suele darse cuando alguien va a comprar marihuana al circuito ilegal y allí se le ofrece otra cosa. Asesores de jueces federales y el gobierno uruguayo en su flamante "ley cannabis", creen que si en el vecino país la norma funciona bien, seguramente inspirará cambios en Argentina.

—¿Legalizar la marihuana conspiraría o contribuiría al combate de la narcocriminalidad?

—Sin duda, regular el cannabis (y se podría extender a todas las drogas) contribuye directamente a combatir la narcocriminalidad. El ejemplo paradigmático es la ley de Uruguay, votada no para decir que la marihuana es buena ni mala (de hecho, todos los discursos remarcan aspectos negativos), sino como política de seguridad contra la narcocriminalidad. Pura estadística: según la ONU, el 50 por ciento del dinero mundial que mueve el narcotráfico corresponde a la marihuana.

—¿Por ser el consumo más difundido?

—Claro, es la droga ilegal de mayor prevalencia por lejos. Entonces, al consumirse tanto y ser de tan fácil producción, genera mucho dinero. ¿Y cómo sería la forma en que nosotros decimos que estamos luchando contra la narcocriminalidad? Porque a diferencia de todas las otras drogas, uno puede producir la marihuana en el jardín, el patio o el balcón de la casa. En otros países también existen clubes de cultivo o, como en Uruguay, es el Estado el que da licencias para producirla.

—¿Y eso cómo impacta en las redes de narcotráfico?

—Primero, lo desfinancia. Como en cualquier negocio: si le sacás el 50 por ciento de sus ingresos, lo golpeás. Y además, porque muchas veces se habla de la teoría de la escalada: que si empezás con marihuana, seguís con cocaína y terminás con heroína. Totalmente falso. De hecho, si fuera cierta la teoría, habría que hablar de alcohol, tabaco, pastillas... En cambio, sí sucede que cuando alguien va a comprar a un delivery, a un búnker, al circuito ilegal, muchas veces le dicen «No, mirá, no tengo marihuana; tengo merca, éxtasis, lo que sea....». Entonces, si lo que busca es alterar la conciencia, que en definitiva es el objetivo, termina consumiendo otra sustancia que no habría usado y así fomenta el narcotráfico.

—Con lo que pasa hoy en Rosario, ¿perdió consenso la idea de la legalización? ¿Perciben que gente que antes apoyaba ahora duda por la idea de que "si yo fumo, capaz que contribuyo al narcotráfico"?

—Es que nosotros mismos usamos como argumento que para desfinanciar al narcotráfico hay que sumarse al autocultivo. Otras drogas siempre están dentro del circuito de la narcocriminalidad, o sea, nadie va a defender el consumo de cocaína por una cuestión cultural. Pero con el cannabis la aceptación es muy grande y mucha gente que fuma, si la a va a comprar al circuito ilegal, siente que está cometiendo un delito.

—¿Hoy cultivar una planta en la casa de uno es ilegal?

—Completamente ilegal. La ley que rige, la 23.737, una de las primeras de Carlos Menem, nunca se actualizó. Es ilegal tener semillas, cultivar plantas, regalar...

—¿Y qué es está permitido?

—Nada. Pero un fallo del 2009 de la Corte Suprema en el caso Arriola, de acá de Rosario, definió que es inconstitucional penalizar la tenencia para consumo personal porque viola el artículo 14 de la Constitución. ¿Pero cómo funciona la legalidad en la Argentina? Acá la Corte falla sobre una causa particular, no modifica una ley. Entonces, si un policía te ve fumando o con semillas de marihuana por ley te puede detener, llevarte preso, armarte una causa. Y el juez de primera, segunda o tercera instancia será el que diga «No, la Corte ya dijo que esto es inconstitucional, señores: libérenlo".

—Pero de hecho en cada cuadra hay alguien fumando marihuana, ni qué hablar en la cancha. ¿Hay más tolerancia policial?

—Dentro de todo, Rosario es una ciudad bastante respetuosa respecto del consumo de cannabis, algo que asocio con que ha habido movimientos, marchas a favor y todo eso. Pero no es la situación del interior de Santa Fe y ni hablar de otras provincias. La semana pasada, la Procuradoría General de la Nación reveló que en 2012 hubo 9.800 causas de detención por tenencia para consumo: 38 por ciento del total de causas por droga del país. Aunque habían dicho que no iban a perseguir más perejiles, el 40 por ciento de todo lo que se hace es detener consumidores, pese al fallo de la Corte y a que los 11 proyectos legislativos presentados, salvo el de Chiche Duhalde, plantean despenalizar el consumo personal.

—La ley no sale. ¿Es inoportuna políticamente?

—Hay oleadas, pero creo que no está la voluntad política nacional que sí hubo, por ejemplo, con el matrimonio igualitario. Dos cuestiones de derechos humanos.

—¿Es un tema incómodo para los partidos?

—Abogamos para que esté en la agenda porque este es un momento propicio en relación a la narcocriminalidad, que está explotando en todos lados. Los mismos políticos que se oponían a la despenalización hoy miran a Uruguay como un experimento social más que interesante y viendo qué sucede: si allá funciona, creo que acá va a haber cambios. De todos modos, en tiempos preelectorales esta es una temática difícil.

—¿Hay cifras sobre consumo en Rosario?

—No. Las que hace años difundió el gobierno de Santa Fe daban 7 por ciento para el cannabis y un 5 para la cocaína. Pero la problemática de drogas hoy muestra en primer lugar al alcohol, seguido de tabaco, pastillas legales pero de consumo no médico y obtenidas de modo ilegal, y recién después marihuana, cocaína, quetamina, pegamento y paco, en Rosario muy incipiente.

Fuente: La Capital

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