Desde ayer, la empresa comenzó con el envío de telegramas de preaviso a 180 trabajadores por los cuales anuncia la finalización de los vínculos laborales a partir del 31 de octubre. Durante los próximos 60 días, la compañía “evaluará su futuro”, donde aparecen altas chances de que cierre sus puertas.
Tras notificar a 180 empleados de su despido; la empresa se tomará 60 días para “evaluar su futuro”. Foto: Diario El Sur
Villa Constitución.- Entre lo abrupto y lo anunciado, la situación de Paraná Metal llegó al punto que muchos temían. Desde ayer, la compañía comenzó a notificar a buena parte de sus empleados la finalización de los vínculos laborales a partir del 31 de octubre próximo, en el marco de un replanteo que la firma perteneciente al Grupo Indalo pretende encarar “para redefinir su plan estratégico al nuevo contexto”. Si bien es conocido que desde su primera crisis, allá por 2008, la autopartista nunca había logrado levantar vuelo completamente; en los años siguientes había conseguido normalizar someramente su situación productiva a expensas de una drástica reducción de los planteles de trabajo, que se movieron al ritmo de suspensiones rotativas y otras maniobras. En un contexto de marcado descenso de la industria automotriz que empuja hacia la baja a sus ramas relacionadas, la situación endeble de la empresa se agudizó al no conseguir cerrar contratos con eventuales empresas demandantes. En este contexto, y en medio de dimes y diretes en los que ya se barajaba tangencialmente la posibilidad de cierre, Paraná Metal avanzó esta semana en el despido de 180 trabajadores. No obstante, la firma todavía no ha confirmado su cierre, sino que se tomará los próximos 60 días para “evaluar su futuro”, donde las chances de bajar sus persianas aparecen con fuerza.
Yo te avisé
Si bien la Unión Obrera Metalúrgica había intentando durante las últimas semanas descomprimir la situación, al parecer, la decisión estaba tomada. Poco tiempo antes que la noticia sobre el posible cierre rebotara en los medios, desde la alta dirigencia empresarial habían dado a conocer, casi intempestivamente, que la posibilidad de cerrar la planta podía darse si Paraná Metal no lograba nuevos contratos para levantar su producción. El anuncio filtrado a los trabajadores generó un clima de preocupación que obligó al sindicato a intervenir para apaciguar las aguas. “Algunas declaraciones que salieron desde la empresa generaron un psicosis tremenda entre los compañeros que estamos tratando de revertir”, afirmaba el secretario general del gremio, Héctor Ibarra a Diario EL SUR en la edición del pasado 18 de agosto. Casi premonitoriamente, las declaraciones otrora retractadas fueron confirmadas ayer, cuando a los domicilios de 180 de los 205 empleados que tiene Paraná Metal llegó el preaviso y el telegrama de despido, que, en parte, dice lo siguiente: “Por medio de la presente, le informamos que Paraná Metal S.A. prescindirá de sus servicios a partir del 31 de octubre. Como es de v/conocimiento, pese a la crisis que atraviesa el sector, la dirección de la empresa ha efectuado denodados esfuerzos por preservar las fuentes de trabajo frente a la falta de trabajo, sin embargo, razones de fuerza mayor ajenas a la voluntad de Paraná Metal S.A., la obligan a tomar la decisión expresada”.
Amenaza de cierre
“Ayer (por el miércoles) en horas de la tarde tuvimos una reunión con la compañía donde nos comunicó la decisión de que a partir de hoy (ayer) comenzaban a repartir los telegramas de preaviso, para el 31 de octubre. Igualmente, nos dijeron entre líneas que la intención de la compañía no es cerrar sino que se tomaba un impasse para readecuar su situación”, expresó en conferencia de prensa, Héctor Ibarra. Y se explayó detallando que “con el nivel de producción que está manteniendo es muy difícil continuar con la compañía en marcha. Sabemos que es una empresa que necesita unas mil o mil doscientas toneladas para ser competitiva y sustentable, y hoy en día tiene unas doscientas cincuenta toneladas”.
Asimismo, y a pesar de estar en conocimiento de la magra producción de la autopartista, Ibarra dejó entrever su disconformidad con ciertas actitudes de la empresa, motivo que hacen sospechar, cuando no afirmar a algunos integrantes de UOM, que la gerencia de la firma no tiene intenciones de continuar con la planta activa. “Juntos hemos ido muchas veces a los ministerios a golpear puertas, a ver con qué terminal podíamos arrimar y en algunas ellos (la empresa) no han ido. Hubo situaciones donde no tuvimos las mismas posturas, en la última reunión en el Ministerio de Trabajo no se presentó nadie más que la representante legal de la empresa”, comentó Ibarra; en consonancia con otros sindicalistas, que momentos antes habían dicho que durante los últimos meses se habían gestionado reuniones con Peugeot y Mercedes Benz a los que miembros de la firma no acudieron. Señales que se suman a la “escasa inversión” en la planta en pos de devolverle competitividad. “Las inversiones han sido escasas, ayer nos dijeron que gastaron alrededor de 240 millones de pesos en estos últimos cuatro años, pero nosotros vemos que sí han invertido en el salario de la gente, porque han pagado los sueldos, pero no hemos visto reformas en la planta”.
Reunión y futuro
Consultado sobre sus impresiones en cuanto a las verdaderas intenciones de la gerencia de Paraná Metal, Ibarra apuntó: “No queremos adivinar cuál es la intención. Por nuestra parte vamos a seguir trabajando para que esa situación no se dé. Vamos a gestionar reuniones y hoy (ayer) a las cuatro de la tarde estamos citados en el Ministerio de Trabajo de la Nación” (…) Hay una situación compleja en la ciudad que se viene dando con la caída de la producción en general. Nosotros apostamos y vamos a hacer lo imposible para que la planta siga funcionando”.
Respecto a la angustia por la que atraviesan los trabajadores luego de ser anoticiados, desde la Comisión Interna de Paraná Metal, Leandro Del Greco aseguró que buscarán “mantenerse juntos”; y amplió, “lo primero que nos planteamos es mantenernos adentro y activos el tiempo que sea necesario. Por eso pedimos que no haya suspensiones, porque queremos a los compañeros en contacto con nosotros y en actividad”. En cuanto a las posibilidades que se barajan en caso que finalmente la empresa decida cerrar, “nos estamos moviendo para distintas alternativas, no se descarta nada, ayer compañeros nos planteaban la posibilidad de la autogestión, de cooperativizarse, de trabajar en conjunto con el Estado. Ahora no tenemos las respuestas a eso, pero si vamos a investigar todo lo que esté a nuestro alcance para preservar las fuentes de trabajo”.
La frase
“Siempre notamos que había un problema distinto, ellos sabían donde se metían porque estuvieron un año haciendo análisis en todos los sectores. No puede ser una excusa que sea difícil, porque estaba planteado desde el minuto cero que en esta planta había que invertir”. (Leandro Del Greco).
El dato
La compañía cuenta con 205 empleados, de los cuales, 143 son operarios. El resto corresponde a mandos medios, supervisión y cuadros gerenciales.