El ex ministro de Justicia retrucó a quienes lo critican por una supuesta doble moral y aclaró que antes que funcionario, es abogado. Señaló que su vínculo profesional con Jorge Oneto comenzó hace cuatro meses y que está convencido de que es una víctima. Dijo que renunció como asesor por su amistad con Bonfatti.
El ex ministro de Justicia, Héctor Superti, manifestó que se siente “dolido y agraviado” por los cuestionamientos que generó su decisión de representar a uno de los detenidos por lavado de dinero y fraude. Retrucó a quienes lo critican por una supuesta doble moral y aclaró que antes que funcionario, es abogado. Señaló que su vínculo profesional con al agente bursátil Jorge Oneto comenzó hace cuatro meses y que está convencido que su defendido es una víctima en esta historia. Explicó que dio un paso al costado de su rol como asesor en la Legislatura por su amistad con el diputado provincial y ex gobernador Antonio Bonfatti. “Lo hice para liberarlo”, dijo.
“Hace cinco años que dejé la función ejecutiva. Nadie me dijo que cuando volviese a la profesión iba a tener que pedir permiso sobre qué causa tomar o no; si no, no hubiera asumido”, advirtió Superti en contacto con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2.
El ex ministro explicó que tomó el caso de Oneto hace cuatro meses cuando otro abogado los puso en contacto por la compra y venta de un campo en el que se detectaron irregularidades.
“Estaba y estoy convencido que estoy atendiendo a una víctima. Yo juré ser abogado y defender las causas con lealtad, primero soy abogado, después funcionario”, subrayó.
“Yo pregunto, ¿los que hablan de doble moral saben del principio de inocencia? ¿Que pretenden? ¿Una investigación sin defensa?”, disparó Superti que aclaró que le presentó su renuncia a Bonfatti por la amistad que los une.
“Me di cuenta que con la cantidad de cosas que se estaban diciendo lo estaba perjudicando y no quiero perjudicar a un amigo. (...) Mi renuncia fue en homenaje a Bonfatti, para liberarlo”, explicó y aseguró que continuará en el caso “en la medida en la que tenga que seguir”.
Finalmente, cerró con una advertencia sobre las reacciones que generó la llamada “megacausa” y las presiones que suponen sobre el trabajo de la Justicia.
“(Muchos) hablan como si (los detenidos) fueran todos culpables. Estos climas son muy contraproducentes para que la Justicia trabaje con serenidad”, observó y lanzó: “Cuidado con la caza de brujas. Vamos a tenerle miedo al delito, esperemos no tenerle miedo al Estado”.
Desde las 14.30 y hasta la noche, la Fiscalía leyó las acusaciones contra diez detenidos el miércoles pasado. Basaron el planteo en siete apropiaciones de inmuebles y la figura de asociación ilícita. La defensa pidió la libertad de los imputados y solicitaron nulidades. Además, por la tarde se presentó Pablo Abdala ante la Policía de Investigaciones. Una mujer seguirá el proceso en prisión domiciliaria y el resto continuará tras las rejas hasta el martes.