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El cigarrillo también provoca accidentes automovilísticos

Una investigación demostró que el consumo de tabaco al volante genera distracciones que derivan en colisiones.

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Además de su efecto perjudicial sobre la salud, expertos han comprobado que el consumo de tabaco durante la conducción de vehículos constituye una distracción que aumenta el riesgo de accidentes de tránsito.

Una investigación llevada a cabo en Montreal encontró una asociación positiva entre el consumo de tabaco al volante y los accidentes de tránsito, hecho que persistió luego de realizar los ajustes en las variables de confusión como edad, años de conducción y consumo de alcohol.

Los datos fueron divulgados en el marco del tercer Taller de Periodismo Científico sobre Prevención y Control del Tabaquismo, organizado por el proyecto Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo, que se realizó en Colonia, Uruguay.

Un estudio realizado en ocho centros de salud de la ciudad de Zaragoza en 2001 investigó la asociación entre consumo de tabaco y accidentes de tráfico no letales.

Ellos demostraron que los fumadores tienen más del doble de riesgo de sufrir accidentes de tráfico no fatales en comparación con los no fumadores.

Mientras que los no fumadores tienen un 7,09 por ciento de accidentes, los fumadores que no fuman conduciendo tienen un 11,62 por ciento, y los que fuman conduciendo tienen una tasa de accidentes del 16,72 por ciento.

En Inglaterra las compañías de seguros han considerado que al menos el 5 por ciento de los accidentes de tráfico son directa o indirectamente atribuibles al hecho de fumar en el interior del vehículo. Por tanto, hay evidencias suficientes que el consumo habitual de tabaco puede implicar mayor riesgo de accidentes de tráfico.

Probablemente, asociado en mayor medida con accidentes de tráfico no fatales, diferencia con el consumo de alcohol que se relaciona con accidentes fatales.

Fumadores

El 57 por ciento de los vehículos en los que se fuma en la ciudad de Buenos Aires corresponde a particulares, lo que expone tanto al conductor como a los pasajeros a los efectos nocivos del humo ambiental de tabaco (HAT) y a su vez aumenta el riesgo de accidentes de tránsito.

Los datos fueron divulgados en el marco del tercer Taller de Periodismo Científico sobre Prevención y Control del Tabaquismo.

El relevamiento incluyó 4.800 observaciones directas de vehículos en las 15 comunas de la ciudad en abril de 2014.

Para llevarlas a cabo, tres grupos de dos investigadores se ubicaron en tres intersecciones obtenidas al azar en dos horarios distintos, y registraron en planillas todos los vehículos detenidos en el semáforo que contaran con por lo menos una persona fumando.

A semejanza del promedio internacional, se halló que en el 4,2 por ciento de los vehículos fumaba por lo menos una persona. Y según el tipo de vehículo, se dividieron en taxis (32,5 por ciento), comerciales (9,4 por ciento), fuerza de seguridad (1 por ciento), y particulares (57,1 por ciento).

En aquellos vehículos en los que una sola persona fumaba, en el 83,7 por ciento de los casos el fumador era el conductor y de los conductores, la gran mayoría (el 92,4%) era del sexo masculino.

Marta Angueira, directora del proyecto Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo, explicó que “fumar dentro de un automóvil eleva la exposición al HAT, un factor de riesgo para varias enfermedades clasificado como carcinógeno tipo I para humanos por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (Iarc)”.

“Sólo en 2004 se estimó que el 1 por ciento de la mortalidad mundial (603.000 defunciones) fue atribuible a la exposición al HAT”, explicó Angueira.

Además, la especialista destacó que el consumo de tabaco y su exposición en los medios de transporte “merece especial atención debido a que se trata de lugares con dimensiones reducidas, donde se pueden alcanzar concentraciones de HAT muy superiores a las alcanzadas en la casa, trabajo o en lugares de ocio como discotecas y bares”.

En el relevamiento se halló que en 61 por ciento de los vehículos había otros ocupantes expuestos al humo de tabaco ajeno, es decir, fumadores pasivos, tanto adultos como niños.

“Es preocupante, ya que un estudio desarrollado por la escuela de Salud Pública de Harvard demostró que fumar dentro del auto especialmente con la ventanilla cerrada puede generar una contaminación del aire con 271 microgramos de partículas respirables por metro cúbico, un nivel tóxico, en particular para niños”, afirmó Nicolás Galvagni Pardo, miembro de Instituto de Ciencia y Técnica Legislativa (Icytel).

Galvagni Pardo señaló también que “otro trabajo realizado en el tema en 2006 en Nueva Zelanda, que utilizó monitores de calidad de aire portátiles ubicados a la altura de la nariz de un niño en el asiento trasero de un automóvil, demostró que los niveles de concentración de partículas hallados fueron mucho mayores a los que se encuentran en la contaminación del aire exterior, aun frente a los peores niveles de calidad del aire”.

La contaminación por partículas generadas por fumar en el auto con la ventanilla abierta o semiabierta fue cinco veces superior a la encontrada en el aire exterior, mientras que la contaminación en el auto por fumar con las ventanillas cerradas fue cien veces mayor.

“Otro estudio realizado en el Reino Unido concluye que el valor encontrado de partículas tras fumar dentro del auto con las ventanillas cerradas implica una mayor contaminación que el valor hallado en un bar donde se permite fumar”, aseveró Angueira.

Aunque un auto esté en movimiento o estacionado, con las ventanas abiertas, el estado del aire permanece en niveles dañinos, con el humo usualmente acumulándose en el asiento trasero.

“Este dato resulta importante si tenemos en cuenta que son los menores de edad los que se encuentran en ese lugar del vehículo. Además, la Asociación de Protección Ambiental de los Estados Unidos reconoce que el humo de segunda mano en autos puede ser especialmente dañino para niños, porque los autos representan espacios confinados donde los menores están más cerca del fumador y de su humo. Teniendo en cuenta que los pulmones de los niños aún se están desarrollando, pueden dañarse fácilmente al estar expuestos a altos niveles de humo de segunda mano en autos, considerando que este perdura mucho tiempo después que se deja de fumar”, consignó Galvagni Pardo.

Angueira remarcó: “Esta investigación es pionera en nuestro país, ya que si bien existen datos de prevalencia de tabaquismo al volante provenientes de otras partes del mundo, no teníamos cifras que reflejaran la realidad local”.

“Lograr ambientes libres de humo es una tarea de todos, y para ello lo primero que debemos conocer son nuestros derechos. El derecho a respirar, el derecho a elegir la salud al viajar en un auto, ya está garantizado por la ley. Lentamente la sociedad va incorporando esta nueva visión de un mundo en el que se pueda apagar el cigarrillo y se respeten tales derechos. Por ello trabajamos”, indicó la experta.

Fuente: El Ciudadano

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