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Marcelo Olivera tiene 41 años y desde hace ocho días se encuentra en situación de calle en la Plaza San Martín de Arroyo Seco, luego de quedar varado durante un extenso viaje que inició desde Ushuaia con destino final en Villa Guillermina, en el norte de la provincia de Santa Fe.
Según contó a Extremo Diario, se encontraba trabajando en el sur del país, pero tras perder su empleo decidió regresar a su pueblo de origen para reencontrarse con su madre, de más de 70 años, a quien enviaba gran parte de su sueldo mientras estuvo empleado. Con pocos recursos económicos, emprendió un recorrido en tren desde Ushuaia hacia Río Negro, luego a Córdoba, Buenos Aires y finalmente partió desde Retiro con la intención de llegar a Rosario para continuar viaje hacia Tucumán.
Sin embargo, al arribar a la estación de Arroyo Seco, el cansancio, las largas horas de viaje y el consumo de agua en mal estado comenzaron a afectar su salud, por lo que decidió bajarse del tren. Su idea era conseguir algún trabajo ocasional o un lugar donde quedarse por unos días para reunir el dinero necesario y seguir su camino, pero la realidad fue otra.
Desde entonces permanece en la plaza con su valija, dependiendo de la solidaridad de vecinos que se acercaron a darle agua, algo de comida e incluso le ofrecieron la posibilidad de bañarse en una vivienda de la zona. El 23 de diciembre se presentó en Desarrollo Social en busca de asistencia, pero allí le informaron que no podrían brindarle ayuda hasta el 30 de enero, ya que no habría personal disponible para atender su situación.
Marcelo también relató que días atrás fue trasladado a la comisaría para su identificación, donde permaneció algunas horas antes de ser liberado. Aseguró no tener antecedentes y se mostró dolido por el trato recibido, ya que ni siquiera le ofrecieron un vaso de agua.
Hoy, vecinos conmovidos por su historia se comunicaron con este medio para visibilizar el caso y solicitar una solución urgente. Marcelo sólo quiere regresar junto a su madre y se ofrece para realizar cualquier tipo de trabajo que le permita reunir el dinero necesario para continuar su viaje. Mientras tanto, permanece a la intemperie, a la espera de que alguien pueda tenderle una mano.
