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Los tiburones volvieron a desafiar al Paraná

Los Tiburones del Paraná este fin de semana se embarcaron en la 16ª Experiencia de Nado en el Río de Personas con Discapacidad. La iniciativa convocó, entre sábado y domingo, a 250 competidores en una propuesta de integración e inclusión.

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Arroyo Seco.- El sábado, en el Arroyo Seco Rowing Club, se hicieron las pruebas con los más chicos y los que debutaban en su primera experiencia en aguas abiertas. Allí, desde las 11, bebés, niños y adultos con y sin discapacidad recorrieron distancias de 500 y 1.000 metros a partir de un trabajo de ambientación al río. En el mismo lugar, a las 3 de la tarde, se realizó un Encuentro Nacional de Familias en el cual debatió sobre la inclusión e integración de personas con discapacidad.

En tanto, ayer fue el turno de los más experimentados

Así, cuando daban casi las doce de un nublado y un poco fresco mediodía, 120 competidores junto a sus familiares, amigos, guardavidas y profesores, se dispusieron a recorrer a nado los treinta kilómetros que separan a la Estación Fluvial del Arroyo Seco Rowing Club. Entre las más de doscientas personas presentes reinaban los nervios pero, sobre todo, una alegría que, de a poco, hizo despejar las nubes.

Una práctica convocante

El movimiento de los Tiburones del Paraná ha trascendido las fronteras de la zona. Todos los años, familias enteras de diferentes provincias del país se acercan a la ciudad para participar del encuentro de integración. Tal es el caso de María Inés que vino desde Mendoza con su hijo Lucas, un joven que participa desde hace cinco años de la travesía. “Nos enteramos de esta competencia porque su profesor participa desde hace diez años y nos avisó para sumarnos. Este río es muy distinto para nosotros; a Lucas lo hace muy feliz”, indicó.

Lucas tiene síndrome de Prader Willi, una discapacidad vinculada al descontrol alimenticio. Participó de la competencia los dos días y el sábado cumplió 17 años: “El agua lo ayuda mucho. Este año vinimos toda la familia, como era su cumpleaños entró y salió muy emocionado del agua. Para nosotros es una alegría muy grande”.

Susana es otra de las madres que viajó desde Mendoza: “Mi hijo Juan José tiene síndrome de Down y desde el 2007 viajamos para hacer toda su adaptación. Ayer se metió al agua en Arroyo Seco en la competencia de 500 metros”.

Susana es profesora de sordos y terapeuta en lenguaje y trabaja con personas con discapacidad desde hace 33 años. “La experiencia de los tiburones del Paraná es de animarnos más y pensar en que él puede hacer muchas cosas. Su sueño es largarse en este desafío y a nosotros nos encanta acompañarlo. Es maravilloso todo lo que se genera en este espacio”.

Víctor Jesús Oyarbal tiene 30 años y es uno de los tiburones más experimentados: “Empezó hace casi veinte años con este proyecto maravilloso que cada vez suma e integra a más chicos. Yo vengo todos los años a acompañarlo”, contó su tía Adriana.

Víctor, que es de Rosario, se acercó a la natación desde chico ya que en su casa había pileta y “siempre que se metía no había forma de sacarlo”. El joven de 30 años tiene una parálisis cerebral que “afecta poco la parte motriz y en el agua se desempeña como un verdadero tiburón”, relató orgullosa su tía. Para ella, en todos estos años los tiburones no sólo aprendieron a nadar sino a hacer amigos para toda la vida: “Para los chicos esto es importantísimo, es una manera de conectarse con toda la gente que los rodea a pesar de sus limitaciones. Entrenan todo el año y esperan este día con muchas ansias. Mi sobrino hace dos días que no duerme; son incansables”. Es que, como dice Adriana, “ser un tiburón es ponerle garra y fuerza”.

Ayer en la Fluvial los nadadores subieron al catamarán de dos pisos, desde donde se efectúan las largadas, y las caras sonrientes zarparon entre sirenas, cánticos y aplausos. De este lado del río, quedaron decenas de familiares emocionados esperando que el reloj diera las 17, hora del reencuentro en el Arroyo Seco Rowing Club para celebrar el éxito de una nueva travesía con música, baile, trofeos y, como todos los años, mucha espuma.

Importancia de integrar

Entre los tiburones más chicos está Franco que con 7 años ya vivió su segunda travesía.

“A él le encanta el agua. Su primera experiencia fue el año pasado en Melincué y el sábado estuvo en la de 500 metros”, contó su mamá.

Adriana –de ella se trata– consideró que es muy importante haber logrado que los maratones sean integrados y participen personas con y sin discapacidad.

“Es por lo que luchamos siempre: por la integración en todos los aspectos de la vida”.

Fuente: AD / El Ciudadano

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