Macarena, una joven de Arroyo Seco, se animó a revelar el calvario que le hizo vivir su ex pareja. En una entrevista que le cedió a Arroyo Diario, contó en primera persona los pormenores de la enfermiza relación que padeció a lo largo de varios meses.
Pese a las grandes movilizaciones y campañas nacionales repudiando este tipo de hechos; nuevamente la violencia de género vuelve a ser noticia. En esta oportunidad, la víctima fue Macarena, de 22 años quien padeció todo tipo de agresión por parte de su pareja durante siete meses, hasta que finalmente se animó a buscar ayuda.
Por este caso hay dos denuncias a las que este medio tuvo acceso: una fue radicada a principios de noviembre pasado en la seccional 27ª de Arroyo Seco y la siguiente, ampliando la primera, fue realizada en la Comisaría de la Mujer de Rosario donde la joven fue asistida por un médico forense de la Fiscalía. Y el agresor denunciado es un masculino de 24 años, oriundo de Misiones, que cumple funciones como marinero en el destacamento local de Prefectura Naval Argentina.
“Al principio estaba todo bien” – cuenta la chica a este medio, ahora ya dispuesta a hablar sobre lo sufrido ya que se siente contenida por su familia y para que otras chicas no pasen por lo mismo. Relató que a los tres meses aproximadamente comenzó a conocerlo luego de que él le rompiera el plástico de la moto sin motivos y posteriormente vinieron siete meses de convivencia y calvario.
“Era como si él tenía doble personalidad” – manifiestó indicando que otras personas ajenas a la intimidad jamás se hubieran dado cuenta de lo que realmente era él; “me golpeaba de a puños, me agarraba del cuello y me amenazaba con matarme.” Incluso cuenta que el agresor con sus actitudes hacía que ella fuera aislándose de su familia y amigos; “y me decía que todo era por mi culpa.” Y por eso es que la joven víctima, amenazada, no buscó ayudo anteriormente.
Pero la situación fue empeorando y llegó a su extremo. Fue justamente cuando el primero de noviembre, Macarena sufre la peor agresión física que la lleva a pedir ayuda a su familia y dar por terminado con ese padecimiento. Según la denuncia radicada en la comisaría local, su pareja, ese día, empezó a darles golpes de puño en distintas parte del cuerpo y cara, dañando su pómulo derecho, la agarró del cuello y terminó golpeándola a patadas. El agresor se retiró del domicilio y ella, con pocas fuerzas y muy dolida, llamó a su familia para ponerla al tanto de lo que había pasado.
“La próxima te hubiera matado” – fue lo que le dijo el médico forense que la asistió en la Comisaría de la Mujer. Incluso ese último día de convivencia, durante los momentos de la agresión, los vecinos llamaron a la policía asustados por los gritos de ella y los ruidos; pero vinieron los oficiales y el agresor la encerró para que no saliera de la casa. Y entonces así terminó el padecimiento causado por un individuo que ella misma define como “enfermo”.
Lo que no terminó fue el sufrimiento emocional que la joven tuvo que pasar. “Él me hizo mucho daño” – contó a este; diario y decidir contarle a la prensa lo sufrido. Y si bien perdió el contacto completo con el masculino; según ella, él jamás fue detenido y sigue trabajando como marinero en la mencionada fuerza pública.
Romper el silencio
La triste vivencia de esta joven, amenazada por su pareja-agresor, deja entrever una vez más, la importancia de romper el silencio frente a cualquier manifestación de violencia por más mínima que sea. En Argentina, la línea gratuita 144 está el alcance de las mujeres víctimas de este delito, las 24 horas, los 365 días del año.
Para hacerle frente a este flagelo, en 2009 se promulgó la Ley N° 26.485 de “Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. Y a nivel local, según el portal del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, puede obtenerse mayor información además en el servicio de atención a mujeres en situación de violencia que funciona en el Hospital N° 50.