“Tuve suerte de que me pegaron con un ladrillo porque me podrían haber acuchillado o matado de un tiro”, fue lo que dijo Sebastián Gómez que en primera persona contó los pormenores de un hecho que vivió el jueves cerca de las 22.30 luego de enterarse que dos ladrones le habían intentado robar a su hermano en pleno centro de la ciudad.
El hombre de 35 años, casado y con hijos; relató el suceso que tuvo su inicio en las inmediaciones de Sarmiento y Belgrano. Allí, cerca de las 21 horas, su hermano de 17 años iba con su patineta cuando se le acercaron estos dos sujetos – uno de ellos, aparentemente, se movilizaba en bicicleta -, al interceptarlo le sustrajeron lo que llevaba e intentaron sacarle el celular pero no pudieron. Mantuvieron un forcejeo pero el chico logró salir corriendo. Inmediatamente enterado de esta situación, Sebastián junto a otro de sus hermanos se dirigieron de inmediato hacia el Barrio San Francisco, fueron en moto y finalmente pudieron alcanzar a estos dos individuos y recuperar lo que le habían sustraído a su hermano.
Tras esto sufrieron un percance y fue entonces que pararon en la casa de un conocido que vive sobre calle Independencia al 1600 y mientras se encontraba allí, fue sorprendido de repente por uno de los malvivientes que había atacado a su hermano. Este masculino, según lo que narró Sebastián, tenía un ladrillo con el que lo golpeó en su cabeza. Antes de huir de la escena, los vecinos trataron de defenderlo y esta persona finalmente huyó del lugar.
Luego de esto, se convocó al Comando Radioeléctrico y Sebastián fue trasladado al Hospital Provincial N° 50 donde permaneció internado, también se le hicieron placas en Villa Gobernador Gálvez y fue necesario suturarlo con seis puntos. Ahora le esperan otra serie de controles y estudios; sumados a la visita con el neurólogo para descartar o no alguna secuela producto de la agresión.
Sobre el caso y después de reflexionar, considera que quizás no fue conveniente inviscuirse en el barrio pero también reconoció que el impulso lo superó al enterarse de lo violentos que, supuestamente, habían sido con su hermano atácandolo en plena calle. Rescató la buena predisposición de la policía y mencionó que, apenas comenzó a trascender su caso, el intendente Nizar Esper se comunicó con ellos también para ponerse a disposición.
Sebastián dijo que las personas que lo agredieron “eran menores” de unos “15 o 16 años” pero que no los conoce ni sabe sus nombres. Considera que es importante que se difunda lo que les sucedió porque “no puede ser que esto esté pasando en Arroyo Seco”. Lo que sí agradeció, y en esto fue claro, que no tomaron otro tipo de represalias contra él, porque tiene claro que lo podrían haber matado.