En el piso. Tras los daños ocasionados, los ladrones dejaron tirada una barreta que utilizaron durante su ingreso a la escuela.
Durante el mes de enero y tras el temporal que azotó fuerte a nuestra ciudad y zona; sufrieron las inundaciones. Unos 50 centímetros de agua, arruinaron mobiliario, libros, material de importancia y dejó daños importantes en la estructura edilicia de la Escuela Primaria Almafuerte del Paraje El Ombú.
A la institución asisten 23 chicos de entre 4 y 12 años; que además de tomar clases, reciben su ración diaria en el comedor. Los niños tienen dos docentes. Una es su directora, Claudia Calcaterra, con el cargo de máxima autoridad y de docentes de grado; y la otra es la maestra.
En charla con Claudia, contó que durante las inundaciones no recibieron ayuda absolutamente de nadie y que quienes conforman la pequeña comunidad educativa fueron quienes se encargaron de la limpieza y el acomodamiento del edificio para ponerlo nuevamente en condiciones. Insisten en que son una escuela rural olvidada y si bien tienen necesidades aclaran que no les hacen falta “ni alimentos perecederos, ni libros ni útiles escolares”; sino que muy el contrario, necesitan materiales para poder mantener y arreglar los salones. Incluso uno de los cuales, a la fecha y tras las inundaciones, quedó clausurado porque el piso se les hundió, sumado a otros daños que dejó el agua como por ejemplo paredes rajadas y los vestigios que ahora comienzan a notarse a consecuencia de la humedad. Claudia dijo que ya envió presupuestos al Ministerio de Educación pero que todavía no tiene respuesta alguna y sobre los políticos y funcionarios locales fue dura y sincera: “Acá no viene nadie, no somos votos para ellos”.
Claudia apela al entendimiento de Arroyo Seco y pide por un mayor acompañamiento. Fue más que clara en sus palabras: “Si quieren saber qué nos hace falta, vengan a la escuela”; invitando así a la población en general para que se interioricen en cómo se trabaja, qué es lo que tienen y qué no; y ayudarlos en la contención que es lo que fundamentalmente les hace falta.
Hoy fue otro de esos días para el olvido para la escuela ya que al llegar temprano se encontraron con puertas y ventanas dañadas y barreteadas. Un vidrio roto, rejas forzadas y un daño irreparable; pero no en lo material sino en lo moral. Si bien todo lo que generó el ingreso de personas ajenas a la institución, supuestamente ayer mientras llovía en la ciudad, es una pérdida cuantiosa para una escuela que prácticamente no recibe ingresos; es doloroso ver cómo en tan solo un par de horas destrozan lo que con tanto esfuerzo han lograron levantar, acomodar, acondicionar, comprar y arreglar.
Claudia dijo que la policía estuvo este viernes en la escuela y radicó la denuncia de los hechos. El lugar no cuenta con alarma y mientras deciden los pasos a seguir; este fin de semana pondrán a una persona para que cuide. Esto último por temor a que los ladrones regresen en busca de lo que no pudieron llevarse.