El local está ubicado sobre calle Gálvez al 1000. Los dueños estuvieron trabajando en el lugar hasta las 18 horas, cerraron y se fueron. Hasta allí todo normal salvo por el llamado inesperado que recibieron por parte de una vecina que vive allí en la cuadra que se comunicó con ellos porque había escuchado un ruido extraño.
A los pocos minutos, el titular del negocio se presentó en el lugar y advirtió que uno de los cristales que da a la calle estaba dañado.
En ese momento, personal de la Guardia Urbana Municipal, que estaba efectuando un patrullaje por las cercanías es alertado por el dueño del salón de fiestas y les solicita colaboración.
Se desconoce, al menos por el momento, quienes fueron los responsables del daño.
También y por pedido de la GUM, se hizo presente en el comercio personal de Comando Radioeléctrico.
Se trata de una chica con domicilio en esta ciudad. Fue trasladada a sede policial donde quedó a disposición del fiscal interviniente.