Dr. Lucente: 'Tenemos dos respiradores y no tenemos capacidad para poner más''

El director de Clínica Martins, Dr. Carlos Lucente se refirió a un comunicado que el efector privado decidió publicar la semana pasada sugiriendo a los pacientes que consulten en sus obras sociales qué servicio de traslado tienen y en qué sanatorio pueden internarse.
“Nosotros estamos tratando de cubrir todas las patologías, nuestro problema es que tenemos patologías diversas además de COVID, y estamos con alta demanda, y tenemos riesgo de saturarnos. Hay muchas obras sociales, sobre todo sindicales, que no dan respuesta rápida cuando la gente necesita derivaciones. Tradicionalmente buscábamos nosotros la derivación, y ahora no nos responden, no nos responden desde las oficinas, muchas están cerradas por la pandemia, hay que conseguir ambulancias para traslados y no se sabe cuáles son. Nos cuesta a nosotros en una urgencia conseguirlo, por lo que le pedimos a la gente que traten de averiguar a dónde le corresponde ir y a quién le corresponde el traslado. En esta situación especial, no podemos cumplir las funciones que cumplíamos antes, sin que nos correspondiera”.
El médico aclaró que la falta de información certera en un contexto de poca disponibilidad, agrava la situación de los pacientes que requieren ser derivados, por el tiempo que pierden realizando llamados que no son atendidos, o recibiendo como respuesta que no trabajan más con determinado prestador. “Están saturados ellos también, es una situación compleja, que si la gente va averiguando previamente quién la lleva y a dónde, uno va ganando tiempo, por si llega el momento, que la prestación que necesite, no se pueda dar acá”.
En ese sentido mencionó que tuvieron “varias” situaciones de espera e incertidumbre, y que incluso han colaborado con el hospital para conseguir traslados de pacientes con obra social. “Tratamos de ayudar porque nos conocemos todos en Arroyo Seco, y nosotros no nos queremos sacar el problema de encima”. Comentó que “una importante prepaga” demoró 12 horas en enviar el traslado para un paciente grave, y consiguieron la ambulancia tras reiterados llamados. “Afortunadamente podía esperar, por eso no activamos plan B, pero la prepaga no respondió como tenía que haber respondido”.
Opinó que la búsqueda de una cama por Facebook que se registró en nuestra ciudad fue una clara muestra de lo que está pasando en todos lados, “pasó en el mundo, paso en Buenos Aires, ahora está pasando en Rosario y a nosotros también. Hay un déficit del sistema de salud muy viejo que en estos tiempo de exigencia extrema se nota mucho más, y nos cuesta dar el servicio que la gente necesita y merece”.
Respecto de los seis meses de preparación que muchos ciudadanos reclaman al sistema de salud, mencionó es un reclamo al Estado, ya que “una pandemia es un problema de salud pública. Los privados si bien podemos tratar de adaptarnos, nosotros tenemos la capacidad que tenemos, no podemos tener más. Es una responsabilidad del Estado haber ampliado la cobertura, para los privados es muy difícil. Tenemos dos respiradores y no tenemos más capacidad para tener más. Hicimos todo lo posible, compramos insumos inmensos a precios desorbitantes, porque no había precio, hubo que pagar lo que pedían, hicimos lo que pudimos, por eso creo que la mayor responsabilidad es del Estado”.
Además advirtió que los respiradores están en uso, “no permanentemente, pero funcionan de a ratos para distintas patologías”, y uno está disponible para la sala de COVID, y el otro no.
“Hicimos dentro de nuestra estructura que es chica, sala de aislamiento y de circulación COVID, y separamos terapia de COVID y no COVID, pero el espacio es chico y no es fácil separar totalmente. Hay un respirador para COVID, y uno para no COVID, y tenemos la cápita de PAMI, que es una población cautiva de muy demandante”.
Respecto al trabajo coordinado con el gobierno municipal, comentó que tuvieron muchas reuniones en el comienzo de la cuarentena, y ahora se contactan por teléfono “pero cada uno trabaja en su sector”.
Al preguntarle si es la peor experiencia que atraviesa en su trayectoria como médico de la ciudad, respondió que sí. “La verdad que es una situación inédita que inspira temor a todos. No conocemos la enfermedad exactamente, no sabemos cómo se comporta, cuánto va a durar, no tiene tratamiento específico, por otro lado, la experiencia del mundo en países con mucho más recursos que nosotros no ha sido buena, y nosotros somos una población chica, y tenemos una estructura de una complejidad mediana. Probablemente sea la peor experiencia en mi carrera profesional porque la verdad yo quisiera que todo el mundo tuviera buena atención, poder brindarle a la gente lo mejor, y siento que no tengo los medios para poder dárselo, además los otros temores, que se contagie el personal de salud, que está cansado, de trabajar con el riesgo de COVID, con todas las medidas de protección, tiene un montón de dificultades, es muy cansador tenerlo todo el día puesto y la rutina esa los agota, a médicos, enfermeros y mucamas que tiene una tarea fundamental de limpieza permanente”.