El canalla visita desde las 18.10 a Gimnasia con la idea de mantener la intensidad en el juego y ser más inteligente a la hora de manejar la pelota.
Un partido chivo por donde se lo mire tiene Central esta tarde cuando viste a Gimnasia en el bosque platense. Porque será un duelo disputado a cara de perro desde la primera pelota hasta la última. Lo positivo en la previa para Central es que en las dos presentaciones anteriores (victoria con Quilmes y traspié con River) demostró que se mueve como pez en el agua a la hora de meter, morder y presionar. Y esos atributos son los que deberá sacar a relucir hoy como primera medida. Pero a esa enjundia tendrá que sumarle otro ingrediente determinante, que viene siendo hasta el momento el punto flaco del equipo auriazul. Y es la sabiduría para manejar los tiempos a la hora de administrar la pelota. Lo dicho. Un encuentro de hacha y tiza, donde un error costará carísimo. Y el que esté más claro de la cabeza con la pelota en los pies podrá salir victorioso de un reducto siempre complicado para la visita. Se notaba una gran expectativa ayer a la tarde en el último entrenamiento en Casa Amarilla, donde había gran optimismo en la delegación auriazul.
Central ante Quilmes y River (más allá de un error en la salida de una pelota quieta que le dio la victoria al millonario) hizo muy bien la parte del libreto que implica tener intensidad para presionar y funcionar con las líneas respaldadas. Pero en el juego le faltó la sabiduría colectiva para elegir la mejor opción en los últimos treinta metros de la cancha. En el debut ante Quilmes la noche inspirada de Carlos Luna solucionó todos los problemas, aunque a eso no hay que quitarle méritos porque el Chino juega para Central y las individualidades son clave para romper los moldes. Lo que faltó y estaría muy bien que hoy comience a evidenciarse como mejoría es resolver con más criterio las situaciones donde el equipo sale lanzado al ataque. Allí debe aparecer la sapiencia para determinar si es conveniente acelerar o poner la pelota bajo la suela para después meter la puñalada. O ser más expeditivo con un remate al arco para terminar la jugada.
Russo y los jugadores tomaron nota de esto y están abocados a encontrar soluciones. No es fácil. Incluso, la mayoría de los equipos del fútbol argentino corren más de lo que piensan. Es válido el intento de ser más cerebral, al menos un poco más. El torneo Inicial está en sus primeros escalones y siempre es bueno sumar. Gimnasia será un hueso duro de roer, pero no es imbatible. El equipo de Troglio no escapa a la media del fútbol argentino. Central puede ponerse el traje de lobo. Al menos eso se percibió ayer en los rostros de los jugadores canallas, cuando el sol ya estaba en retirada en el emblemático barrio porteño de La Boca.
Transmite: TV Pública y Canal 3.