Los canallas tuvieron una floja actuación y sólo recompusieron su imagen en el complemento. Dilapidaron varias oportunidades de gol y se quedaron con las manos vacías. Ferrari, en contra, Rasic y Fernández, los goles de Gimnasia.
Central entró dormido al bosque, le costó despertarse y el Lobo no lo perdonó. Más allá del gol de Franco Niell, que devolvió la ilusión sobre el final del primer tiempo y la levantada del complemento, la impericia de los atacantes y el haber desperdiciado 45 minutos influyó para que Central sume su segunda derrota consecutiva en el arranque del campeonato. Hay cosas por corregir y muy rápido. Para no sufrir desde el vamos.
A Central lo primerearon y muy mal. Porque antes de los 40 segundos ya le habían encontrado una fisura por el sector derecho del ataque tripero, justo por donde se coló Pereyra para mandar el centro y encontrar en el camino la pierna de Paulo Ferrari. Caranta debió ir a buscarla al fondo del arca sin entender demasiado.
Fue entonces cuando el director técnico Miguel Angel Russo notó que las espaldas de Diego Lagos eran una invitación para trepar por ese sector. Y más allá de dar indicaciones, sus dirigidos parecieron sentir más la presión de ese gol tempranero que las órdenes de su entrenador. Por eso Gimnasia aprovechó ese sector y se mandó en cuanta oportunidad tuvo. Mientras, Central trataba de ordenarse y de recuperar la pelota.
Mientras tanto, Encina, por derecha, y algunas esporádicas intervenciones de Lagos por el otro sector se convertían en las intenciones canallas para intentar revertir la historia. Sin embargo, Monetti la pasaba muy tranquilo porque el equipo auriazul era pura insinuación y carecía de profundidad.
El Lobo lo medía al canalla hasta que a los 18', en otra jugada por derecha, terminó en un centro que la defensa auriazul no pudo rechazar y el grandote Rasic la colocó de cabeza para vencer a Caranta.
A partir de allí Gimnasia se reposicionó y le cedió la iniciativa a un descolorido Central que sólo a partir de la media hora mostró otra intenciones, con poco fútbol pero con más voluntad.
Sin precisión, con algunas desprolijidades en el trato del balón, Central fue hacia adelante hasta que a los 38', un centro desde la derecha fue cabeceado por Diego Lagos al borde del área y Franco Niell ubicó el cuerpo para, de zurda y de media vuelta, colocarla junto al palo izquierdo de Monetti.
Sobre el final, un remate de Nery Domínguez a los 46' pasó tan cerca del palo izquierdo, quizás en la segunda oportunidad más clara para los canallas.
Con muy poca inventiva pero con algo más de posesión, Central terminó en deuda la primera mitad pero más cerca en el marcador cuando todo parecía pintar un panorama sombrío para el canalla.
En el complemento se pudo ver otra versión, quizás una parecida a la que pretende Miguel Angel Russo. Porque pese a un tibio intento de Gimnasia de adueñarse del balón desde el vamos, el canalla se mostró más seguro en el traslado vía Encina, en el mejor pie de Carrizo incursionando por el medio y así Niell y Luna empezaron a tener más protagonismo.
Gimnasia pareció haber hecho todo el gasto en el complemento y le fue cediendo protagonismo a un Central que se mostraba más afinado.
Así, fueron llegando las oportunidades concretas. A los 10 se la sacó Barsottini a Luna sobre la raya; a los 14' un cabezazo de Luna pasó rozando el palo de Monetti, a los 22' fue Niell el que lo perdió en un mano a mano con el arquero y dos minutos después el mismo ex tripero puso un cabezazo junto al palo derecho. Demasiadas oportunidades para no aprovechar ninguna.
Gimnasia tuvo la suya y no la desaprovechó. Luego de un tiro libre de Gastón Díaz a los 37' que sacó magistralmente Caranta, aparecio en la jugada siguiente el volante Ignacio Fernández -una de las figuras del local- para poner un zurdazo alto al palo izquierdo de Caranta y cerró el partido. Fue lapidario para el canalla.
Hasta el final, Central fue llegando con desorden pero no alcanzó. Fue una floja actuación en líneas generales, que mostró algo de lo que pretende su entrenador recién en el complemento. Lo tuvo a tiro y no lo supo aprovechar. A veces esa imprecisión se paga demasiado caro.