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Torneo Inicial: Central empató 1 a 1 ante Boca

Luego de buscarlo siempre, Central empató 1 a 1 ante Boca en la Bombonera, por la 11ª fecha del torneo Inicial. El primer gol del partido lo marcó Emanuel Gigliotti, a los 12 de la etapa incial, y la igualdad fue obra de Sebastián Abreu, a los 44 del segundo.

El Chino Luna maniobra ante la marca de Ledesma. Foto: H. Río. La Capital

El Chino Luna maniobra ante la marca de Ledesma. Foto: H. Río. La Capital

Luego de buscarlo siempre, Central empató 1 a 1 ante Boca en la Bombonera, por la 11ª fecha del torneo Inicial. El primer gol del partido lo marcó Emanuel Gigliotti, a los 12 de la etapa incial, y la igualdad fue obra de Sebastián Abreu, a los 44 del segundo.

La desesperación nunca es buena consejera y la falta de orden es mortal. Pero la convición de ir siempre en busca del arco de enfrente es la mejor aliada para suplir falencias.

En desventaja, Central se desespera y pierde el orden. Ante un equipo como Boca, que explota al máximo esa incidencia del juego, resulta fatal.

Tras soportar los primeros minutos de supremacía xeneize, que triangulaba vía Sánchez Miño porque Riquelme tenía a Ballini como una sombra, el equipo de Russo emparejó el trámite. Presionó más arriba y desnudó falencias de traslado en los locales.

Así anduvo merodeando los dominios de Trípodi aunque nada profundo. Lo cierto es que se adelantó en el terreno y esa ambición le jugó en contra, porque el retroceso fue paupérrimo.

De un córner canalla despejado por la defensa rival, Encina se dejó madrugar por Sánchez Miño lanzado en velocidad. El toque al medio para Gigliotti estaba cantado, como también el derechazo contra un palo del goleador xeneize pisando el área.

Iban 12' y todo se daba a pedir de Bianchi. Porque Central se obnubiló con el arco rival y fue como en desbandada. Y si Boca no aumentó la ventaja sólo fue por propia impericia, porque cada salida rápida xeneize encontró a un equipo diseminado en cancha, con apenas un puñado de intérpretes para intentar la defensa.

Pasada la media hora hubo otro arresto canalla para lastimar a su oponente. Los movedizos Carrizo y Medina desbordaban a sus laterales aunque no siempre el final de la jugada era el que pedía el contexto.

Central lo buscó todo el primer tiempo, y hasta en algún momento apretó a su rival, pero el dominio mental del cotejo siempre estuvo en poder de Boca.

El complemento arrancó con Central más arriba aunque con un ritmo más cansino, como si la orden en el vestuario hubiera sido la tranquilidad.

A Boca le convino en parte este planteo porque con una salida rápida dejó mano a mano a Gigliotti con Caranta, aunque esta vez el arquero ganó.

Los canallas contestaron allá por los 20 con un cabezazo de Luna, que manoteó Trípodi, pegó en el palo, recorrió la línea de gol y fue despejado al córner por el Cata Díaz. Ahí nomás un tiro libre de Delgado se fue rozando el palo, y parecía que los de Arroyito iban lento pero seguro.

Pero Boca volvió a avisar con un remate de Sánchez Miño, habilitado por Riquelme, que no fue gol por muy poco.

Y así quedaron las cosas: entraron Neill, Abreu y Becker, y la artillería canalla se volcó contra el arco de Trípodi.

El partido se detuvo unos minutos por fuegos artificiales y gente subida a los alambrados, tras una más que reprochable cargada a sus primos millonarios que fue alentada desde el tablero electrónico.

El parate no amilanó al canalla, que vivió sus mejores momentos a partir de allí. En un puñado de minutos dispusieron de cuatro ocasiones claras para convertir: Abreu dos veces, más Encina y Neill se lo perdieron casi inexplicablemente.

Hasta que de tanto ir, otra vez el Loco Abreu desató la alegría canalla. La bajó de cabeza, remató y recogió el rebote, y de punta la mandó a la red previó desvío en Zárate. Fue a los 44 y fue un premio a la búsqueda, porque Central no renunció a ir nunca.

Después el árbitro dio 8 de descuento, en el que las urgencias inundaron el frente boquense, que arremetió contra Caranta aunque sin lastimar, aunque el Loco se lo perdió cuando su disparo mano a mano con Trípodi fue atajado por el arquero.

El partido terminó siendo otra prueba de carácter para las huestes canallas, porque lo remó siempre de atrás y amén de errores defensivos notorios tuvo la sabia decisión de tener continuamente en la mira el arco de enfrente.

Fuente: Diario La Capital. Ovación

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