Central cayó 3 a 0 ante Godoy Cruz en Mendoza

Venía bien. Entonado y con ganas de más. Incluso tenía la chance de subirse a la punta del torneo en soledad. Pero a Central no le sobra nada y, como ayer tuvo más errores que aciertos, se pegó un porrazo bárbaro ante Godoy Cruz, que armó un 3 a 0 si se quiere abultado, pero sostenido en un rendimiento sobresaliente de Gonzalo Castellani. El Canalla nunca terminó de hacer pie en una cancha embarrada, sintió demasiado las ausencias de Méndez y Encina, y así se le esfumó la racha invicta que traía en el certamen. Entregó todo lo que tenía, por momentos manejó la pelota, pero se diluyó en el área rival. Y el Tomba no lo perdonó.

En el primer tiempo a los equipos les costó afirmarse en una cancha con muchas lagunas. Por eso no faltaron las pifias, ni los resbalones. Igual se fue armando un partido entretenido, con los dos yendo a buscar y tratando de exigir al rival para que se equivoque en la salida. Central volvió a empezar con la almohada en el cuello y antes del minuto casi saca del medio, pero lo evitó un cruce providencial de Delgado, ante una entrada endemoniada de Castellani, que avisaba.

El Canalla trató de jugar lejos de Caranta e intentó ser prolijo para atacar. Sin bien en algunos pasajes tuvo el dominio territorial, no logró traducirlo en chances netas. Quería, pero se quedaba sólo en insinuaciones. No terminaba las jugadas ni se animaba de media distancia, en un terreno que invitaba a hacerlo. Mientras que el local era más picante, como cuando Castellani prendió cartucho y obligó a Caranta a estirarse para despejar.

La más clara del equipo de Russo fue una contra furibunda de Becker, que aceleró como un avión por la derecha y después Carrizo abrió el remate con el arco a su merced. Chance neta, dilapidada.

El cotejo comenzó a adquirir vértigo y emotividad. Obolo volvió a poner a prueba los reflejos de Caranta, que rechazó con el pie. Hasta que sobre el final de la etapa Nery abrazó a Aquino en la puerta del área. Y el tiro libre de Castellani fue letal. Porque la barrera saltó, un pecado que no debe cometerse, y la pelota salió envenenada para sorprender a Caranta y establecer la ventaja del Tomba.

En el amanecer de la segunda etapa, cuando el juego se estaba rearmando, otra vez Castellani capturó una salida de un córner y rompió el arco visitante. Golazo. Todo fue más cuesta arriba.

A remar. Delgado intentó tras un enganche y tapó Carranza. Y no pudo conectar Castillejos abajo del arco. Central ya tenía a Acuña y Niell como buscadores de espacios, pero nunca los encontraron. El tombino estaba cada vez más cómodo y hacía circular la pelota, bajo la batuta de Castellani.

La cancha cada vez estaba más inestable y embarrada, como el juego de Central. Encima Castellani, el héroe de la tarde, clavó el tercero con categoría, con un tiro exquisito desde afuera del área.

Fue la primera derrota auriazul del año. Dura, pero para nada indigna porque luchó hasta el final. Un resbalón, del que debe ponerse rápido de pie.