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Rosario Central fue muy inocente y San Lorenzo lo dio vuelta

El Canalla lo ganaba con gol de Luna, pero entró Blandi y metió un doblete para la victoria del Ciclón.

Ángel Correa, después de una participación floja, fue clave en el segundo gol. Foto: Ahora Deportes

Ángel Correa, después de una participación floja, fue clave en el segundo gol. Foto: Ahora Deportes

Lo tenía, pero se lo sacaron en cuatro minutos. Central volvió a perder, van tres consecutivas. Esta vez fue ante San Lorenzo y la alarma cada vez suena más fuerte. Preocupa y mucho.

En el fútbol un gol tempranero cambia cualquier idea previa de juego. Y Central lo hizo. A los 3 minutos de partido Carrizo cruzó un pelotazo para Acuña, el delantero definió, la pelota rebotó en el travesaño y el Chino Luna, con un cabezazo, abrió el marcador.

Ese tanto modificó quizás el planteo de los dos. San Lorenzo, que con Bauza es menos agresivo que con Pizzi, debió salir a buscar el empate. Pero le faltó audacia para enhebrar alguna clara chance de gol. Central, con la ventaja a su favor, se retrasó más de lo aconsejado cediéndole la pelota y el terreno al local. Ahí emergió la figura de Berra, una verdadera muralla en defensa.

En el final de la primera etapa el Ciclón pudo empatar. Caranta estuvo rápido de reflejos tras un cabezazo de Gentiletti. Y la vez Central casi saca dos de ventaja, ya que Torrico le tapó el gol a Acuña en la contra.

En la etapa complementaria San Lorenzo no claudicó en su afán de igualar. Central defendió muy atrás desde muy temprano y encima a los 13 minutos Delgado vio la roja. A raíz de eso Russo metió a Elías Gómez, de flojísimo partido, por Acuña dejando bien en claro su intención de priorizar el esquema defensivo.

Todo lo que vino desde ahí fue despertar de un sueño hoy por hoy casi imposible: ganar. Villaba desbordó a Gómez cuantas veces quiso. Blandi metió un doblete para dar vuelta el partido. Y para colmo Encina metió un planchazo y vio la roja.

Central se mostró inocente y con falta de carácter para cuidar el resultado. La tercera derrota en fila preocupa y es tiempo de un baño de realidad para cambiar el rumbo de un barco que se viene hundiendo.

Fuente: El Ciudadano

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