Torneo Final: Central no lo definió y Tigre lo amargó con el empate a poco del final

Sin estridencias, sin brillar, Central venía cumpliendo con la misión que se había propuesto a puro pragmatismo para esta noche de lunes: ganar. Pero cometió un error que suele costarles caro a los equipos que no liquidan a sus adversarios. Perdonó. Y en la primera llegada rival, el baldazo de agua fría a cinco minutos del final: el empate de Tigre, que dejó a todo el Gigante con un sabor amargo por un punto con gusto a muy poco.

Los canallas y el Matador igualaron 1 a 1 por la fecha 7 del torneo Final, jornada en la que la Academia no pudo ponerle fin a la seguidilla de juegos sin victorias que arrastraba luego de tres caídas sucesivas. Ganaba gracias al gol de Paulo Ferrari a los 18 minutos del segundo tiempo, lo igualó Pablo Vitti con ayuda de un desvío en Donatti a los 40, mientras que a los 24 Sebastán Abreu falló un penal.

Fue superior Central durante todo el partido. En algunos momentos esa supremacía se hizo nítida, en otros entró en una nebulosa, pero fue siempre la escuadra de Russo la que buscó el arco de enfrente de manera vocacional. Su rival, adversario en la tabla del promedio, planteó un partido de espera y réplica que no inquietó demasiado a Caranta, hasta el momento aciago de la igualdad final.

De hecho, en el primer tiempo casi el arquero centralista no se ensució el buzo. En cambio, Javier García se revolcó de lo lindo. Ya al minuto de juego, Luna no llegó a conectar de palomita un centro desde la derecha. Era un aviso de lo que pasaría en toda la etapa. Se sucedieron las jugadas, como el disparo de Ferrari que tapó el arquero por arriba o el cabezazo de Luna que pasó a centímetros. Y sobre el epílogo del primer tiempo, el dominio auriazul se diluyó.

En el complemento, volvió a acelerar el local. A los 3 minutos, Luna remató desviado desde afuera del área, pero marcó nuevamente el terreno donde se jugaría el partido. Acuña se hizo más incisivo, Carrizo y Méndez ganaron en precisión y así, a los 18’, llegó la conquista: centro de Lazo desde la derecha y gol de cabeza del Loncho para poner la ventaja.

Esos fueron minutos de desconcierto de la visita, que cinco minutos después sufrió un nuevo embate que acabó en infracción dentro del área a Walter Acuña. Herrera sancionó el penal y Sebastián Abreu, ingresado hacía poco tiempo, se lo anunció a García, que voló a su derecha y le ahogó el grito al uruguayo. Quedaba un lapso importante de encuentro y la ventaja mínima mantenía con vida al Matador.

Y pese a que Tigre se encargó de mostrar lo poco que tiene con su impotencia para arrimarse con peligro a Caranta, mientras que solo generó algunas llegadas aisladas, con centros o disparos externos, el nerviosismo se apoderó del Gigante más por la exigua diferencia en el marcador que por el real poder del adversario. Y a los 40’, pasó lo que tanto temían los hinchas: remate de Pablo Vitti, desvío en Donatti y gol.

Tras el cimbronazo, no le quedó tiempo para nada a Central. Apenas un disparo de Carrizo que desvió un defensor o una arremetida de Domínguez que salvó Canuto, para luego darle paso a los silbidos con aroma a bronca que bajaron de las tribunas con el pitazo final. Un 1-1 con tinte de derrota. Por lo que necesitaba el triunfo Central, porque Tigre es un rival directo y por las circunstancias de un juego que parecía iba a ganar y se le escapó en el tiro del final.