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Torneo Final: Lanús goleó a San Lorenzo

El equipo que dirige Barros Schelotto lo pasó por arriba a San Lorenzo, sobre todo en el primer tiempo, y lo bajó de la punta. Con varios cambios, Lanús mantuvo su buen juego.

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Si Edgardo Bauza, entrenador de San Lorenzo que en la última semana había levantado notablemente sus acciones, creía que el cansancio de sus jugadores en medio de una dura seguidilla de encuentros no se iba a notar demasiado porque el rival de anoche, Lanús, también está envuelto en esa seguidilla, se equivocó por 45 minutos y le costó demasiado caro. Es que el Granate marcó la diferencia de goles y rendimiento en la primera mitad y después manejó el partido con algunas complicaciones pero con mucha efectividad en las contras para finalmente ganar por 4-1 en el Nuevo Gasómetro y además dejar al local sin punta del campeonato, acercarse a dos unidades de Estudiantes, único líder de la tabla de posiciones.Tanto San Lorenzo y como Lanús se enfrentaron ayer sabiendo que el encuentro era importante, pero que también era un eslabón más en una cadena que es este primer semestre corto del año antes del Mundial. Por eso los dos apostaron por el recambio de jugadores, pero mientras que los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto mantuvieron el rendimiento colectivo en los primeros 45 minutos, los jugadores de San Lorenzo no sólo no pudieron jugar como un equipo, sino que sus principales individualidades demostraron que la acumulación de minutos en el lomo no es un chamuyo cuando el recambio se hace sobre una base de juego que prevalece por sobre los jugadores a los que les toca saltar al campo de juego en cada encuentro.

Lanús cambió los nombres propios, pero mantuvo la idea de jugar por los costados, de mandar los laterales al ataque, y de intentar manejar la pelota ante todo. Si bien a la hora de ver los planteles de cada lado, los nombres de San Lorenzo dan una sensación de mayor profundidad, Lanús demostró ayer que no hacen falta jugadores de renombre para tener alternativas si tanto los supuestos titulares como los supuestos suplentes juegan a lo mismo cuando les toca entrar. Por eso no se notaron las ausencias porque el equipo jugó de la misma manera que el martes en Chile, la semana pasada por el Torneo Final o el año pasado cuando ganó la Copa Sudamericana.

En cambio, San Lorenzo se acostumbró a depender de sus mejores hombres, esos que en los últimos partidos lo habían puesto arriba de todo en el Torneo Final y que lo habían clasificado con tintes milagrosos a los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Pero cuando la apuesta va por ese lado, el cansancio sí se nota, tanto para los titulares como para los suplentes, y por eso Leandro Romagnoli, Ángel Correa, Juan Ignacio Cavallaro o Juan Mercier no pudieron marcar la diferencia con los pies pesados ante un rival mejor estructurado, que encima se las ingenió para meter dos goles cuando la tortilla se empezaba a dar vuelta.

Ni siquiera los cinco cambios que había decidido Bauza para este partido, ni los manotazos en el entretiempo, pudieron suplir la necesidad de descanso de sus mejores futbolistas para hacerles sentir su categoría a los rivales. Tampoco lo logró el envión anímico después de un buen arranque del segundo tiempo –con el descuento de Correa incluido– y esa sensación de que este equipo, el preferido del Papa Francisco, está moldeado para los milagros y que el partido se podía dar vuelta a pesar de todo.

Fuente: El Gráfico

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