Desde la ONG "Fútbol en paz" sostienen que "la única forma en la que los barras podían encontrar entradas era a través de la AFA". Sin embargo, se lamentan porque "los jueces no van contra ellos y mucho menos contra Don Julio".
Parece que el escándalo por la reventa de entradas de protocolo que tuvo la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) durante el Mundial Brasil 2014 recién empieza. Tras una investigación periodística, las sombras de los Grondona y de los barras volvieron a la luz.
"La única forma en la que los barras podrían encontrar entradas era a través de la AFA", dijo este miércoles Juan Manuel Lugones, de la ONG "Fútbol en paz", en A diario (Radio 2). "En Brasil, las entradas estaban a nombre de Julio Grondona y de su hijo Humberto", aseguró.
En ese sentido, Lugones sostuvo que habían hecho una denuncia ante la Justicia argentina antes de la Copa del Mundo. "Pero fue una nueva agachada de la Justicia. En forma exprés archivaron la causa, a pesar de las pruebas que se produjeron", manifestó.
"Había pruebas. Pero los jueces no van contra los barras y mucho menos contra Julio Grondona", enfatizó.
Si bien desde la AFA expresaron que la venta de entradas fue transparente, Lugones consideró la situación "una tomada de pelo" porque "en la reventa se pagaban 1000, 1500 ó 3000 dólares, de acuerdo a la cara y la urgencia del que la compraba".
Además, reveló que "antes de la final se produjo un revuelo con los jugadores, que no tenían garantizado el ingreso de sus familiares a la cancha".
"Los únicos que siempre tienen garantizada la entrada son los barras, no faltó ninguno", cerró.