Con goles de Mancuello y Jesús Méndez, el equipo canalla cayó derrotado 2 a 0. Los canallas nunca tuvieron volumen de juego a pesar de una tibia en los minutos finales del partido.
Central sigue jugando al sube y baja. A pesar de la reacción del final, jugó gran parte del partido sin un norte futbolístico y Caranta volvió a erigirse en figura de un equipo que alterna buenas y malas y no consigue equilibrio. Por eso Independiente lo terminó ganando con claridad.
Central arrancó como para ilusionar en la primera mitad. Porque fue el que dio el primer alertra a los 3' con un zurdazo de Jonás Aguirre que rozó el travesaño. Porque pareció que el intento de asociarse en el juego no iba a quedarse solamente en eso, meros intentos, y porque la movilidad y presión que ejercían cuando Independiente recuperaba parecía sólida.
Todo pareció. Porque cuando el local se dio cuenta cuál era la fórmula para quitarle la pelota a un Central que pronto comenzó ab mostrar vacilaciones, todo cambió. Y fue Independiente el que se vino con todo y que comenzó a erigir a Mauricio Caranta en figura.
Porque el canalla comenzó a ceder terreno y allí las figuras de Pisano, Mancuello y Montenegro comenzaron a crecer, y Riaño y Pizzini desplegaron movilidad y un par de veces estuvieron de cara al gol.
A los 14' fue Riaño en su primera intervención clara y Caranta apareció para tapar. Y a los 18' el golero cordobés volvió a mostrar sus condiciones cuando le anuló las intenciones a Breitenbruch, quien recibió una gran habilitación del Rolfi.
Central era un equipo desordenado, donde Niell y Valencia debían retroceder muchos metros para obtener el balón, y ni Jonás ni Becker se erigían en conductores. Y encima, los pelotazos a espaldas de los volantes centrales eran una constante que no podía solucionarse.
A los 22', un bombazo "tres dedos" de Pizzini rozó el palo izquierdo auriazul y a los 34' una volada impresionante de Caranta fue necesaria para que Riaño no se llenara la boca de gol.
Además, cada pelota que merodeaba el área de Central era una señala clara de peligro ante una defensa que recurría a métodos pocos ortodoxos para despejar. ¿Salir jugando? Poco y nada.
Russo hizo ingresar a Encina y a Acuña para ver si de esa manera conseguía más volumen de juego y un poco más de peso ofensivo. El canalla había dejado una pálida imagen en la primera mitad y necesitaba presentar otra cosa.
Sin embargo, Federico Mancuello lo hizo volver rápido a una cruda realidad. A los 5', el volante goleador del campeonato y la figura del rojo, ingresó por el medio, hizo pie como pudo y sacó un zurdazo preciso que se le metió al bueno de Caranta. Justicia en Avellaneda hasta ese momento.
Porque Caranta volvió a asomar como el punto más alto de Central a los 11', cuando le tapó el remate de gol a Riaño.
A los 13' Russo quemó sus últimos cartuchos e hizo ingresar a Barrientos por Musto. A partir de allí los auriazules tuvieon un poco más la pelota y comenzaron a esbozar una tibia reacción. Un cabezazo de Niell a los 18' se fue cerca y un remate cruzado de Delgado a los 23' fueron dos buenas aproximaciones. Pero no pasaban de allí.
Independiente se replegó un poco en el terreno luego de la expulsión de Figal por doble amarilla pero parecía tener todo controlado. Mancuello seguía haciendo de las suyas, Pizzini acompañaba coherentemente y Riaño estaba siempre atento a cualquier pelota que le llegara.
A los 38', un buen desborde de Acuña por derecha terminó con una volea de Franco Niell que se fue alto, en la quizás más clara del canalla en el segundo tiempo.
Y a 4' del final, el mendocino Jesús Méndez liquidó el pleito tras desparramar a la defensa canalla luego de recibir de Mancuello. El volante bajó la cabeza y no lo gritó por su pasado canalla.
Central volvió a exhibir sus intermitencias futbolísticas. Con un equipo corto, ahora con doble competencia, no le pudo encontrar la vuelta a un Independiente sólido y bien parado. El equipo de Russo no consigue hacerse regular y lo termina pagando caro.