En un duelo de ida y vuelta, el Millonario encontró la apertura del marcador en un cabezazo del defensor y le sacó cuatro puntos a su escolta.
Newell’s sigue lejos de su mejor nivel. Es cierto que ayer perdió 1-0 con River, el puntero del campeonato, y eso pueda considerarse un atenuante. Pero la realidad es que la Lepra no encuentra la regularidad que necesita para volver a ganar en confianza.
Por momentos es previsible, sufre horrores el juego aéreo y sus individualidades no están marcando la diferencia como antes. Ayer se despidió de la lucha por el torneo (quedó a ocho del Millonario, que parece encaminarse al título). Y en el final la gente gritó por el clásico, quizás el único objetivo que le quede en el semestre.
Ambos se apegaron a su libreto de jugar por abajo pero sin lograr imponerse con claridad. En esa disputa de intereses, Newell’s encontró espacios a espaldas de Ramiro Funes Mori para que Fabián Muñoz explotara su velocidad. El aporte de Leandro Figueroa, con movilidad y atrevimiento, también fue importante para que la Lepra llevase peligro al arco de Marcelo Barovero. Entre ellos generaron la chance más clara del primer tiempo: Figueroa cedió para Muñoz, quien le ganó en velocidad a la última línea millonaria pero definió al cuerpo del arquero.
Antes de eso, Lucas Boyé probó desde afuera y se fue cerca. Contestó Orzán con un disparo que Barovero mandó córner. Y después hubo poco más para destacar.
Newell’s no prestó atención a los avisos de River en el complemento. Porque en el primer córner, Mercado obligó a una tremenda reacción de Ustari tras un cabezazo. En el siguiente tiro de esquina, Pezzella conectó de cabeza, se desvió en Boyé y dio en el palo. Y la tercera fue la vencida: córner desde la izquierda, Funes Mori anticipó a Víctor López y puso el 1-0.
Ya estaba en cancha Tevez, quien le imprimió mayor vértigo al ataque leproso aunque el equipo se repitió en pelotazos para su velocidad. Y también Scocco, quien en su primera intervención habilitó a Maxi pero Barovero lo atoró. Pero no le alcanzó. Marcelo Gallardo cerró los espacios (metió a Guido Rodríguez por Leonardo Pisculichi) y a Newell’s se le hizo imposible volver a generar peligro.