Una final en Santa Fe le cambió la vida y tuvo que dejar la gestoría para dedicarse a su sueño, la pelota naranja. Acá la historia de uno de los mejores bases de la Liga
En la vida de los deportistas hay momentos sombríos, adversidades que no le dan brillo a los sueños que se tenían cuando niños. En el caso de Rodrigo Gallegos, viniendo de una familia muy de deportistas, su meta era ser jugador de básquet profesional, pero tres lesiones (con operaciones incluidas) en sus rodillas le minaron esa ilusión y remar desde tan atrás se hacía imposible.
Cartucho, como lo conocen en su Arroyo Seco natal y ahora también en la Liga Nacional, supo salir adelante sin más que contar con los de siempre, para que jugar al básquet no quede en el olvido de su vida cotidiana. “Siempre soñaba desde chico jugar profesionalmente al básquet, más viniendo de una familia relacionada al deporte (Su papá es entrenador de básquet). Soñaba poder jugar la Liga, pasando el tiempo lo veía muy lejos, ya que estuve tres años sin jugar debido a que tuve tres operaciones en las rodillas y después de eso como que resigné. No tenía muchas ganas de seguir, pero con el apoyo de mi familia y amigos pude retomar la actividad. Después se dio lo de San Genaro y Deportivo Norte que me cambió la vida deportiva”, aseveró el armador de Ferro.
Y como las lesiones aparecían una tras otra, hubo que poner cabeza en otra cuestión por fuera del baloncesto y los “papeles” hicieron lo suyo. Se recibió de Gestor con matrícula oficial y comenzó a trabajar con el tío con todo lo relacionado al automotor, un trámite que a cualquier persona común lo estresa un poco. “Trabajaba con mi tío y hacía todos los papeles de la gestoría automotor, casi seis años estuve con él. Trabajaba y jugaba las ligas locales hasta que llegó lo de Norte y tuve que dejar”.
La gestoría y el básquet en un tiempo compartido, hasta que un partido le cambió la vida.
El Provincial de Santa Fe otorga una plaza para el Torneo Federal y allá por el 2015, entre papeleo y partidos, Cartu la rompía vistiendo los colores Sportivo Rivadavia San Genaro. Su equipo llegó a la final del certamen y enfrente estaba Deportivo Norte de Armstrong y la serie se estiró a un quinto partido en cancha de Sportivo. Rodrigo mostró su gran nivel, las lesiones no lo perturbaron y su básquet tuvo una bocanada de aire fresco que culminó con un trofeo que fue el inicio del camino.
“Jugando para San Genaro le ganamos una final del Provincial de Santa Fe a Norte y con ello la posibilidad de jugar el Federal pero Sportivo no pudo afrontarlo. Ahí Norte me viene a buscar para jugar la liga local y el provincial de Santa Fe, sin muchas aspiraciones en principio más que competir de la mejor manera. El primer año que llegué ganamos la local, después ganamos el Provincial otra vez, ascendimos al Federal y con el mismo equipo subimos al TNA, como que se dio todo de golpe, uno no lo esperaba estar ahí a nivel profesional, dado que ya tenía una edad bastante grande para debutar en el TNA (26 años )y la Liga. Pero bueno fueron cuatro o cinco años en Norte que nos marcó a todos los que pasamos por ese proceso, sin Norte yo no estaría donde estoy ahora”, sostuvo con orgullo Gallegos.
En Armstrong se hizo su nombre y encontró su “Norte”, la Liga Nacional
Las primeras experiencias a veces no suelen ser como uno las espera, las diferencias se sienten entre una categoría y otra, por ello que estar con la cabeza firme para absorber todo en cuanto a aprendizaje es tan o más importante que un canasta convertida.
“Cuando me llegó la posibilidad de Olímpico, sinceramente no lo podía creer estar logrando un sueño de jugar la Liga Nacional. Pero bueno no fue de la mejor manera o como lo tenía pensado, pero me sirvió para conocer el ambiente, la categoría, me ayudó para seguir creciendo. La verdad que tenía más expectativas, pero está claro que no es lo mismo la Liga Argentina que la Nacional. Sabía que mi rol iba a ser diferente al que traía en Norte, pero también tengo que hacer autocritica que no estuve en mi nivel, así como que no tengo nada que recriminarme en cuanto al empeño que puse. Lo tomé como un aprendizaje y súper contento de poder haber sido parte de un equipo de Liga”, expresó.
Sin embargo esa no iba a ser la única oportunidad que se le iba a presentar para demostrar que estaba para jugar la Liga y como es la competencia de abarcativa en el país, pasó del calor de Santiago, al frío de Río Gallegos, aunque esto último mucho no lo sufrió debido a que por la pandemia todo se jugó en Buenos Aires.
“En Hispano aprendí cosas nuevas, con Gabriel Piccato conocí muchos detalles del juego que no sabía y me ayudó muchísimo a mejorar a pesar de que no jugaba mucho. Había partidos que jugaba y otros que no, pero en sí la temporada fue buena, la gente de Hispano es para sacarse el sombrero, es gente maravillosa. Aprendí mucho con detalles tácticos y estadísticas que no conocía”.
Cerca de casa para recobrar confianza y si es con amigos, mejor
Tras la partida de Hispano y habiendo aprendido mucho de lo táctico, pero sin el rodaje esperado, Rodrigo estaba en Arroyo Seco preparándose para lo que viniese en suerte para la venidera temporada. Pero antes hubo un llamado de la amistad al que no pudo decir que no y el Torneo Federal golpeó su puerta para jugar en Gimnasia y Esgrima de Rosario.
“Gimnasia de Rosario queda a quince minutos de mi casa y fui porque tenía muchos amigos en el equipo. Algunos que habían jugado conmigo en Norte o en alguna selección de Rosario y me llamaron para sumarme y la verdad que fue una decisión muy buena, dado que volvía tomar confianza, ritmo, a jugar mucho. Fue un paso muy bueno, quedamos afuera en semis por el tema de que nos contagiamos de Covid, pero la experiencia fue muy linda porque disfruté de jugar con amigos como el pichi Borsellino, que ahora volvió a Norte y es como un hermano para mí y además me sirvió para volver agarrar confianza”.
Un llamado que significó confianza
Mientras estaba disputando el Federal cerca de su casa, a la espera de ofertas apareció nuevamente un llamado desde Buenos Aires, era Federico Fernández, el entrenador de Ferro. La primera no pudo, eligió Hispano, en la segunda ni se la pasó por la cabeza rechazar el ofrecimiento.
“Cuando estaba en Gimnasia jugando el Federal estaba sin club y en ese momento me llamó Fede (Fernández) para sumarme a Ferro y esa era la segunda vez que me llamaba dado que lo había hecho la temporada anterior cuando arreglé con Hispano. Y bueno cuando un entrenador te llama dos veces es porque te quiere y te tiene confianza y eso para un jugador es buenísimo. A las claras está que fue una decisión más que acertada venir a Ferro”.
Ferro, la sorpresa de propios y ajenos
El conjunto de Caballito es uno de los equipos sorpresa, de la mano de Federico Fernández en su segunda temporada al frente del equipo, sostuvo a algunos jugadores de la campaña anterior y le insertó piezas claves con jugadores que además se conocían entre ellos como Rodrigo Gallegos, Marco Luchi y Jonatan Torresi, todos ex Deportivo Norte.
Pero según Rodrigo la cuestión de Ferro pasa por la comunión entre jugadores y cuerpo técnico y abrazar la idea del entrenador desde el primer día como propia. “Estamos súper contentos por el presente que estamos teniendo, tenemos un estilo de juego definido que nos hace plantarnos en cualquier cancha de igual manera, sea de local o visitante. Tenemos una identidad de juego que nos caracteriza y eso es muy meritorio del cuerpo técnico y nosotros, los jugadores, que le supimos dar forma a ese sistema. No tenemos nombre rutilantes, pero somos un equipo que todos necesitamos de todos, eso se nota en la cancha y como fluye el juego. Afuera también se formó un grupo muy lindo y eso ayuda mucho al proceso”.
“Tenemos mucha solidaridad, todos nos sentimos importantes. Solo tengo palabras de agradecimiento al grupo que tenemos en Ferro. Ahora no tenemos que aflojar, estamos en un buen momento todos y nos ganamos el respeto de la Liga y eso lo tenemos que hacer valer”, agregó Gallegos, quien es uno de los mejores asistidores de la Liga con una media de 4.8 (5to), además de 10.9 puntos con un 41 por ciento de eficacia en lanzamiento de tres puntos.
Rodrigo Gallegos, el mago que viste de Verde y engalana al histórico Ferro en cada noche en el mítico Héctor Etchart. Y como lo dice su apodo aún le quedan muchos cartuchos para tirar en su historia como basquetbolista profesional, sabiendo que llegar es difícil, pero permanecer y progresar mucho más. En eso anda Cartu, disfrutando y jugando al básquet, algo tan simple como eso.
Fuente: Basquet Plus