Fighiera: La lucha, en primera persona, contra la tuberculosis

Mercedes Robledo, “Meche” para los amigos, tiene 35 años, es fan incansable de “Ciro y Los Persas”, vive en Fighiera junto a sus padres y es hoy ejemplo de lucha contra una enfermedad poco frecuente: tuberculosis. La misma le fue diagnostica en agosto del año pasado, y desde allí su vida cambió completamente incluyendo en lo social por encontrarse aislada y bajo un cuidadoso tratamiento.

“Hasta julio me engripaba siempre una vez por mes, luego pasé a una neumonía y tuve fiebre durante dos semanas seguidas” – cuenta recordando cómo fue el inicio a su enfermedad. Hasta allí, llevaba la vida normal como toda persona además de trabajar como niñera y viajar continuamente siguiendo los recitales de su banda favorita. Pero los estudios que se hizo, indicaban que algo no andaba bien: “me hicieron placas y la doctora me dijo que veía algo raro, como una mancha en los pulmones. Luego me hicieron varios estudios como análisis de sangre, prueba cutánea (ppd) y esputo; que al principio me dieron negativo hasta el mes siguiente que salió que era tuberculosis.”

Se trata de una enfermedad infecciosa provocada por una bacteria, que se transmite a través del aire y que se caracteriza por la formación de tubérculos o nódulos en los tejidos infectados; puede afectar a diferentes órganos del cuerpo, en especial a los pulmones. “Los síntomas que tenía eran dolor de espalda, tos crónica, escalofríos, pérdida de apetito y sudores nocturnos” – cuenta agregando que nunca antes había escuchado de la tuberculosis más que de algún programa de televisión.

Desde allí, su vida social también fue modificada ya que permanece en aislamiento aunque en su hogar. “No puedo ir a ningún lado y nadie puede venir a mi casa. Porque puedo contagiar a otros si canto, si grito, si estornudo o por una tos. Incluso si me río. No puedo compartir ni mates ni vasos. Cuando salgo debo hacerlo con barbijo, y solo es para ir al Centro de Salud para tomar los medicamentos o al SAMCo de Arroyo Seco para los estudios que se repiten una vez por mes” – manifestó.

“Me dijeron que puede ser de una neumonía mal curada” – contó Meche consultada sobre cuál pudo ser el origen en su cuerpo de la enfermedad. Incluso recuerda que sumada a la neumonía, la preocupación médica también pasó por su rápido adelgazamiento. “Y en octubre empecé un tratamiento que termino en abril próximo. Es solo una pastilla que depende de los estudios mensuales; si baja o suben los niveles, me aumentan o reducen la dosis. En el primer mes debía tomarla dos veces por día: a las 8 y 18 hs. Ahora son tres juntas por la mañana que debo ir a tomarla al Centro de Salud de Fighiera porque es bajo supervisión.”

Expresa que la confirmación del diagnóstico fue muy difícil tanto para ella como para su familia. “Cuando me la detectaron, mis padres se tuvieron que hacer los mismos estudios. También donde trabajo debieron hacérselos. Y los chicos que cuidaba tuvieron que tomar medicamento durante dos meses por prevención” – cuenta agregando que por licencia médica, continua cobrando su sueldo y el Ministerio de Salud es quien le provee de la medicación pertinente. “Son seis meses sí o sí y no puedo dejar un día el medicamento porque se puede complicar el tratamiento.”

“Ahora ya lo llevamos bien con mis padres porque mientras no tenga tos y estornudos puedo estar con ellos. Mi familia si viene un ratito no pasa nada. Y hay mayores cuidados con los chicos porque les puede afectar más, por las bajas defensas. Con el calor no puedo andar tampoco porque se me baja la presión y en cuánto a la comida, no hay ninguna dieta en especial y puedo comer normal” – indicó sumando que tampoco puede hacer fuerza, a fin de evitar cualquier secuela. “Y viajaba siempre a los recitales pero ahora hasta que no me den el alta no puedo hacerlo.”

No obstante, su pasión por “Ciro y los Persas” y “La que Faltaba” le ha generado deseos de suerte desde lejos: el propio Andrés Ciro Martínez y músicos de la banda le han mandado mensajes de fuerzas, esperando su pronta recuperación y anhelando verla nuevamente entre la multitud de sus recitales. Por ahora, Meche debe seguir esperando hasta abril, luchándola día a día, donde los nuevos estudios determinarán su salud para soñar el momento de alcanzar su alta y con un optimismo de que esta enfermedad solo será parte de un mal recuerdo. Y claro que el mismo deseo es el que tiene su familia, amigos y todos los que la conocen.