En los 90, un grupo de estadounidenses creó Tor, un software donde los usuarios navegan por una red, conocida como Deep Web, en completo anonimato. El sistema fue diseñado con fines de inteligencia para la US Navy. Pero al poco tiempo se convirtió en la meca del cibercrimen: pedófilos, asesinos, narcotraficantes y sicarios deambulan por internet sin dejar rastro.
“Necesito marihuana”, “mi novia ofrece servicios especiales”, “vendo bidones de ácido”, “zoofilia: para amantes de felinos grandes”, “semillas de cocaína a buen precio” y “manual para pedófilos”. Éstas son algunas de las “ofertas” que existen en un lugar de internet que muy pocos conocen. Su nombre es Deep Web: una red subterránea, poco accesible, en la que se puede navegar sin restricciones ni censuras y en completo anonimato: es casi imposible rastrear a los usuarios que bucean allí.
Por ello, la Deep Web, también conocida como web profunda, hoy es catalogada como una amenaza universal: la protección de identidad de sus consumidores ha convertido a este lugar en un hábitat ideal para criminales de todo el planeta. Este ciberespacio agrupa a pedófilos, asesinos en serie, narcotraficantes, sicarios, y ofrece foros donde, por ejemplo, se enseña a fabricar bombas caseras. Bajo reserva total.
El origen de esta red se remonta a 1997. Ese año un grupo de estadounidenses diseñó The Onion Router, más conocido como Tor, un proyecto creado para el Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos, cuyo objetivo era el desarrollo de una red donde no se revelara la identidad (dirección IP) de los usuarios y que resguardara el secreto de la información que ahí se manejaba. El proyecto evolucionó: pasó a ser una herramienta de gran valor para empresas, periodistas y activistas políticos, que a través de esta red manejan su información confidencial.
Paradójicamente, al poco tiempo, Tor Project se “deformó”, transformándose en un dolor de cabeza para el FBI, Interpol y para las policías de todo el mundo. Chile no es la excepción: desde hace dos años la PDI tiene este asunto en carpeta y, a través de la Brigada Investigadora del Cibercrimen indaga a chilenos que pueden estar delinquiendo por medio de este mecanismo. Ya hay dos casos identificados y varios que están siendo investigados.
Como la alarma se encendió a nivel global, Cibercrimen discute este asunto con sus pares de todo el mundo a través del Grupo de Trabajo Latinoamericano de Delitos Tecnológicos de Interpol, el cual es integrado por varios países de Latinoamérica y España, además de Estados Unidos y Canadá. Se reúnen dos veces al año y, en mayo pasado, durante su último encuentro en Madrid, analizaron este tema en extenso.
La turbia profundidad de la red
Según los expertos, el tamaño de la Deep Web es 500 veces superior a la red tradicional. Los peritos las comparan con un iceberg. “En la punta está Google y en las aguas subterráneas está la red profunda”, explica el fiscal Marco Mercado. Por eso la oferta es tan amplia.
Para entrar a los links hay que cumplir exigencias: algunos foros piden que el usuario pague. Por ejemplo, explica el subcomisario Cristián González de Cibercrimen, hay administradores de foros de pedofilia que piden dinero o “que el nuevo usuario comparta pornografía infantil: producciones nuevas; esto lleva a que las personas que comparten esta parafilia produzcan material pornográfico infantil”.
Cuando hay que pagar, hay que hacerlo con bitcoins, una moneda virtual cuya unidad equivale a unos US$ 14, y que se adquiere a través de la Deep Web, también de forma anónima. Esto permite hacer transacciones bancarias resguardando la identidad.
Algunos foros exhiben fotografías, videos, experiencias o mecanismos para delinquir. Y el usuario tiene así una experiencia voyerista. Otros toman imágenes de “esta turbia red” y las difunden en la web tradicional. Ejemplo de este tipo de material es un “manual para pedófilos”, que detalla técnicas para seducir a menores: relata cómo obtener su confianza y despistar a los padres del niño.
Hay otros sitios que traspasan el ciberespacio: sus usuarios logran establecer algún tipo de comunicación física. Es el caso de los dealers de droga, sicarios, ladrones, entre otros, que deben dar su correo electrónico o alguna dirección de contacto para concretar su “negocio”. Es en estos lugares donde los delincuentes muchas veces dejan pistas.
Los respectivos Niveles de la Internet Oscura
Aquí están las páginas que todos conocemos: google, yahoo, FB…
1. En este nivel encontramos páginas independientes, foros de todo tipo y páginas pornográficas.
2.Aquí abundan los buscadores de información independientes como emule o ares además de encontrarnos con contenido visual de moral laxa.
3. En el nivel 3 encontramos información y servicios de lo más macabros: prostitución y pornografía infantil, mercado de armas y drogas duras, contratación de asesinos a sueldo, canibalismo, mutilación genital, etc…
4. Aquí abundan los hackers informáticos. No me refiero a simples aficionados que se dedican a infectar PC’s, sinó a auténticos piratas informáticos. Aquí abundan los contenidos relacionados con la experimentación humana, el mercado negro, experimentos médicos estadounidenses mucho más sádicos que los del J.Mengele, la famosa HIDDEN WIKI etc… No es apto para personas sensibles ya que su contenido es realmente fuerte.
5. En este nivel se encuentran los secretos militares más importantes de la historia del mundo.
Aquí se encuentran auténticas “bombas”:
- Los Planos de la tecnología Nikola Tesla.
- La ubicación de la Atlántida.
- El consejo de los 13 (Illuminati)
- El poder de los cristales
- Los experimentos nazis de Mengele
- Inteligencia artificial
-Películas Snuff (muertes reales filmadas en vídeo)
- ETC…
6. Es un nivel solo apto para los hackers mejor preparados. Aquí se encuentra la DataBase. Es una sección en la que toda la información de DeepWeb deja ser un código binario en 0 y 1 para empezar a tener sentido.
Tan extendido temor parece estar relacionado con creencias religiosas, mitológicas y leyendas históricas.
Encontraron una historia de conquistas que valida una de las más épicas batallas de los egipcios.
Un grupo de científicos comprobó que el Santo Sudario muestra signos de sangre de una víctima de tortura y desmiente los argumentos de que el manto que presuntamente envolvió el cuerpo de Jesucristo fuera pintado.