Encontraron una historia de conquistas que valida una de las más épicas batallas de los egipcios.
Hace más de tres siglos, en la península hoy conocida como Asia Menor, que forma parte de Turquía, Mira era una ciudad en expansión del reino de Arzawa, una confederación de diferentes reinados. Sus orígenes datarían de 1430 a. C. y, como sucedía en esos tiempos, su historia está plagada de batallas, conquistas y traiciones.
Una piedra, recientemente descifrada, reveló parte de esta herencia y hasta sorprendió con datos que, para muchos historiadores, no eran más que un relato romántico, mitológico: el de los "pueblos del mar".
La historia antigua está repleta de misterios. Muchos recién comienzan a develarse, algunos gracia a la tecnología, otros, debido a la tenacidad de los investigadores.
En este caso, el investigador holandés Fred Woudhuizen y el geoarqueólogo suizo Eberhard Zangger anunciaron, luego de años de estudio, que logran descifrar una antiquísima descripción, que había sido grabada en una losa de piedra.
Woudhuizen es una de las pocas personas en el mundo capaz de llevar adelante esta tarea, ya que el petroglifo está escrito en luvita o luvio, una lengua ya muerta, que se habló en el oeste de la península de Anatolia.
De acuerdo a los científicos, la inscripción relata el ascenso del rey Kupanta-Kurunta al trono de Mira tras la muerte de su padre, el rey Mashuittas, y del control que ejerció sobre Troya, no como monarca, sino más bien como guardián. Luego, describe cómo el príncipe troyano Muksus, inspirado por los gobernadores de Mira, logró conquistar en una expedición naval Ashkelon, una localidad situada en la actual Israel, y que allí construyó una fortaleza.
Kupanta-Kurunta era un miembro de la familia real y aportó contingentes militares del país al ejército hitita, que participaron en la Batalla de Qadesh, en el río Orontes, hacia el 1293 a. C. Luego de fallecer, le sucedió su hijo Kupanta-Lamna.
Restos del reino de Mira
Restos del reino de Mira
Sin embargo, Woudhuizen no tuvo acceso a la piedra original, ya que esta fue destruida en el siglo XIX. Lo que analizó fue una copia encontrada en los archivos del famoso arqueólogo británico James Mellaart, un especialista en arqueología turca, que fue expulsado de este país bajo la sospecha de vender antigüedades en el mercado negro, por lo que para algunos expertos la "piedra" no es de fiar. De acuerdo a los cuadernos de Mellaart, la pieza fue copiada por un arqueólogo en el año 1878 de un friso de piedra caliza de 35 cm de altura encontrado en el pueblo de Beyköy, en la actual Turquía.
Con respecto a las dudas de la credibilidad del texto, Woudhuizen sostiene que sería imposible para alguien crear una historia de esta dificultad en una lengua perecida.
Quién fue la "gente del mar"
Los Pueblos del Mar son una misteriosa confederación marinera que atacó el antiguo Egipto y otras regiones del Mediterráneo oriental durante la Edad del Bronce tardío, entre 1200 y 900 aC.
Hasta el momento, su origen era incierto, aunque ya algunos estudiosos sugirieron que se zarparon de lugares como el oeste de Anatolia, las islas del Mediterráneo y el sur de Europa. En su viaje invadieron Anatolia, Siria, Chipre, Egipto y varios otros lugares antes del final de la Edad del Bronce.
Según los investigadores, en caso de ser auténtica, la inscripción aporta información sobre el período en el que "los pueblos del mar" acabaron con varias civilizaciones en Oriente Medio. Esta sería la primera prueba de que el reino de Mira formaba parte de esta confederación.
La publicación académica completa de la inscripción aparecerá en diciembre de 2017 en las Actas de la Sociedad Arqueológica e Histórica Holandesa.
Tan extendido temor parece estar relacionado con creencias religiosas, mitológicas y leyendas históricas.
Un grupo de científicos comprobó que el Santo Sudario muestra signos de sangre de una víctima de tortura y desmiente los argumentos de que el manto que presuntamente envolvió el cuerpo de Jesucristo fuera pintado.
En en mausoleo también se encontraron diez sarcófagos y cientos de estatuillas de alrededor de 3.500 años de antigüedad. Todavía falta excavar otra de las salas halladas.