El animal prehistórico fue encontrado por dos poceros en la localidad distante 25 kilómetros de Rosario, que vive el acontecimiento como una fiesta. Esta especie se relaciona con los actuales armadillos, medía 3 metros y podía llegar a pesar una tonelada y media.
La localidad de Álvarez, distante 25 kilómetros de Rosario, se encontraba conmocionada este viernes por el hallazgo de restos fósiles de un gliptodonte, un animal prehistórico de gran tamaño originario de América del Sur. Este mediodía, los trabajos se concentraban en extraer el enorme caparazón, característico de esta especie ya extinta.
Los primeros indicios del hallazgo se registraron el sábado, cuando dos trabajadores que hacían un pozo se dieron cuenta de que "algo extraño" había en las profundidades. "Metí la pala y enseguida me di cuenta de que no era una piedra común y corriente lo que había ahí abajo", relató Mario, uno de los poceros, con emoción.
Un grupo paleontológico realizó la excavación en la esquina de Ituzaingó y 9 de julio, en pleno casco urbano de Álvarez. La periodista Fernanda Rubio, desde el móvil de El Tres, contó que la población vivía el acontecimiento como “una fiesta”. Los chicos de las escuelas fueron llevados al lugar y varios vecinos observaban los trabajos desde los techos de sus casas.
Inmediatamente llamaron a un grupo especializado en excavaciones paleontológicas y a estudiantes de paleontología de la provincia, que iniciaron los trabajos con extremo cuidado. Los restos fósiles se encontraron a cuatro metros y medio de profundidad.
Los profesionales que retiraron el animal indicaron que "se extrajo un caparazón que está bastante completo. Lo más difícil de encontrar es la cabeza, que podría estar a algunos metros de aquí". Según las primeras estimaciones, el fósil tiene una antigüedad de entre 8.500 y 14.000 años.
El gliptodonte se relaciona con los actuales armadillos, era nativo de América del Sur. Medía cerca de 3 metros y pesaba alrededor de una tonelada y media.
Era herbívoro y, por su constitución, se supone que no fue muy ágil. Su defensa contra los depredadores se basaba en su caparazón rígido.
Durante milenios, muchos de esos caparazones permanecieron vacíos a lo largo de las planicies de Uruguay, Río Grande del Sur (Brasil) y de Argentina, probablemente sirviendo de refugio para los humanos primitivos de la región.
Tan extendido temor parece estar relacionado con creencias religiosas, mitológicas y leyendas históricas.
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