A la hora de cumplir de por vida una dieta sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno) el apoyo de la pareja es fundamental. Es importante organizarse para que ambos lleven una alimentación sana y rica.
Una de las claves para prosperar en el tratamiento de un celíaco es llevar una rigurosa dieta libre de gluten. Pero los cuidados no se basan sólo en el qué comer sino, además, en cómo preparar esos alimentos. En una pareja, cuando uno de los dos tiene este problema es importante organizarse y ponerse de acuerdo para que ambos lleven una alimentación sana y rica. El apoyo y la iniciativa es fundamental para poder prosperar y no abandonar en el primer intento.
Excepto por dos paquetes de fideos tradicionales y unas cervezas, la cocina de Romina y Jorge es completamente libre de gluten. Un cartelito colgado de un cajón indica que ese espacio es, a la inversa, con TACC (trigo, avena, cebada y centeno): todo lo que Jorge puede comer y usar para cocinar. Un cuaderno de recetas es el ABC de esta pareja que se dispone a preparar el almuerzo con harinas de maíz, arroz y mandioca. Algunos elementos como un colador y un tamizador, aparecen por duplicado y en colores distintos para poder diferenciarlos. Es que el lugar donde el celíaco prepara sus alimentos es tan importante como la elaboración en sí. No se pueden usar los mismos tenedores o tablas ya que, si la dieta es estricta, el simple contacto puede contaminar la preparación.
La psiquiatra Graciela Moreschi explica que los cambios son drásticos, sobre todo porque uno se acostumbra a comer de una forma, lo hace así por años y, de repente, debe cambiar estos hábitos. "Tener que organizar nuevos métodos y consumir nuevos alimentos no es tarea fácil, es por eso que lo ideal es adaptarse de a poco". Al comienzo, muchas parejas optan por lo sencillo: cada uno come lo suyo. Pero con el correr del tiempo termina por ser poco práctico. Por ejemplo, si la persona celíaca quiere untar dulce de leche en su galletita de arroz, no le será posible si previamente su pareja utilizó el mismo cuchillo para untar el pan. "Por ello, al conocer el diagnóstico, se recomienda mantener en casa una dieta libre de gluten para los dos".
Apoyo y exigencia
Romina sabe que es celíaca hace cinco años. Jorge, su pareja, extraña comer con pan, lo reconoce. Aunque prefiere no hacerlo porque a menos que se lave el mantel, las migas pueden quedar en la mesa y contaminar otros alimentos. Después de todo no es tan grave porque durante su almuerzo laboral y la merienda sí ingiere lo que en su casa no se puede. "Muchas veces lleva un tiempo aceptar y poner en práctica el tratamiento que se necesita, pero la buena salud lo amerita. Si los médicos diagnostican una dieta rigurosa, se debe cumplir al pie de la letra. Tanto la persona que la padece, como su entorno principal, deben cambiar los hábitos y adoptar este tipo de alimentación", explica Moreschi. Algunas frases como "un poquito no te va a hacer daño", no ayudan para nada y confunden al paciente. El cambio suele ser duro para ambos, pero con apoyo y exigencia se puede lograr.
Para toda pareja principiante lo mejor es recibir información y asistir a las charlas de las organizaciones (ACA y ACELA). La contención inicial es fundamental. Para el día a día, es sumamente práctico disponer de premezclas para elaborar masas. Y a la hora de cocinar algo con gluten, tener bien diferenciado los utensilios que se usarán.
Tips para favorecer el proceso
* Separar en diferentes gabinetes/cajones los alimentos libres de gluten, de aquellos que no lo son. Lo mismo se recomienda para los utensillos de cocina. Por ejemplo: el tenedor rojo siempre se usará para mezclar los fideos que no tienen gluten, el verde para los que sí.
* Darle tiempo a las personas que componen el entorno para informarse y aprender los nuevos hábitos.
* Aceptar la enfermedad. La dieta es "de por vida", por lo tanto no existe un "mañana empiezo".
* Tomar a la celiaquía como una particularidad de la pareja y no de uno de los miembros. Esta es la condición que asegura el cuidado y no hace sentir culpable al paciente.
* Incorporar la dieta en la familia para no generar exclusión.
* Si el miembro de la pareja que no es celíaco no acepta seguir el patrón celíaco de comida, al menos apoyar la dieta y comprometerse con la rigurosidad de los cuidados durante su elaboración.
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