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El "lado B" de la crianza con apego

Es tendencia entre mujeres de clase media y con educación superior. Sus partidarios aseguran que es más saludable para los niños, pero los críticos lo ven como otra forma.

Foto: Imagen Ilustrativa

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De la teoría del apego, -creada por Bowlby- deriva la llamada "crianza de apego". Para aquellos que no saben, ¿de qué se trata? Postula un máximo nivel de contacto con el bebé, y no sólo durante los primeros seis meses. ¿Cómo? Mediante prácticas como la lactancia prolongada, dormir con los hijos (colecho), llevarlos encima y no en cochecito (el porteo) y estar constantemente pendiente de sus necesidades.

Este concepto nació en Estados Unidos y tiene como principal impulsor al pediatra William Sears. Sears y su esposa Martha, enfermera, son un matrimonio profundamente religioso. Padres de ocho hijos, han publicado más de treinta libros. En el más famoso, The Attachment Parenting Book, hay un sinfín de indicaciones para convertirse en los mejores padres -y, sobre todo, madres-, a través de una dedicación intensa. Según los Sears, quienes sigan su estilo de crianza conseguirán unos niños "maravillosamente especiales". No sólo "más inteligentes" que el resto, como escriben, sino también con mejor salud, mejor desarrollo y mejor comportamiento.

Las directrices para conseguirlo son siete: estrecho vínculo posparto; lactancia materna (prolongada y a demanda); porteo; colecho; respuesta al llanto; equilibro y límites, y, finalmente, desconfiar de los consejos de los "adiestradores de niños".

En las últimas dos décadas la crianza de apego se ha ido convirtiendo en la tendencia dominante en Estados Unidos. Es habitual entre las mujeres blancas, de clase media y con estudios superiores. Se da también entre las famosas: Pamela Anderson tuvo a sus dos hijos en un parto en casa, los amamantó durante más de un año y dormía con ellos. Angelina Jolie declaró en el 2007 que la familia dormía junta, en una cama especialmente diseñada.

La crianza de apego ha irrumpido también en España, donde también se la conoce como "crianza natural" o "respetuosa". En Argentina también se está escuchando fuerte. Sitios de Facebook como Mamá Pulpo o Mamá Loba promueven este tipo de prácticas. Según la licenciada Sandra Arcella, especialista en Pareja y Familia, "El libro La teoría del apego describe una modalidad vincular del apego, fusión, simbiosis... en el vinculo madre hijo. Pero la critica que le hacen las feministas es que de alguna manera se termina esclavizando a la madre-mujer, por ejemplo, si hay que amamantar hasta que el niño deje de pedir el pecho -que puede ser recién a los 4 años-. Además hay casos que obviamente no están contemplados: ¿Qué pasaría en el caso de que fueran dos papás quienes crían? ¿o dos mamás? ¿cómo hacen las mamás que trabajan? ¿podría aplicarse esta teoría a los cuidadores de los hogares de niños?".

¿Cómo viven las mamás el apego? Paula Tegaldi, madre de Felipe (de 1 año y medio) y miembro de la tribu de crianza con apego de Mamá Pulpo, cuenta lo siguiente: "La crianza con apego te permite una gran libertad para dormir con tu hijo, dejarlo explorar su curiosidad, tenerlo a upa todo lo que quieras... pero para mí el tema de la esclavitud no pasa por sentirme esclava de Feli -en relación a su demanda-, sino por hacerme esclava de la opinión ajena acerca de lo que hago o dejo de hacer en mi modo de criar. Hay expectativas sociales acerca de cómo influye tu hijo en la sociedad de manera negativa, entonces si no le pones límite, ¡horror! de grande va a hacer cualquier cosa... yo me siento a veces presionada por eso. Por otro lado, me siento presionada por los fundamentalistas de la crianza con apego, porque si no cumplís todo al pie de la letra podés ser juzgada. Yo estuve en unos grupos por el tema de la búsqueda de obstetra en donde me daba vergüenza decir 'quizá yo quiero cesárea'. Ahí esta mi falta de libertad. O la lactancia a demanda... si le empezás a dar mamadera ya desde que va al jardín, -con leche propia o con formula- porque trabajás, ¿cómo hacés?"

"A mi ya la idea de apego no me suena muy bien -dice Catalina Krasnob, actriz y mamá de Emilia y Antón-, otra cosa es una crianza con amor, con contención, que de confianza para la autonomía, pero para mí hay que hacer un equilibrio entre el adoctrinamiento, la rigidez, la distancia, la falta de cariño (crianzas más tradicionales), y otra cosa muy distinta que es el apego".

La obstetra Amy Tuteur es critica; cree que la crianza de apego "promueve ideas en su mayoría antifeministas, normalmente dictadas por hombres". De convertir una teoría en una práctica se han encargado autores como el citado Sears, no sin críticas. Entre ellas, las de la doctora estadounidense Amy Tuteur, obstetra, madre de cuatro hijos y divulgadora médica. "Uno de los problemas con los Sears y otros gurús del apego es que transmiten el mensaje, sin base científica, de que los niños criados con este intenso contacto físico van a ser mejores", explica.

Tuteur poblicó el libro Push Back: Guilt in the Age of Natural Parenting (Retroceso: la culpa en la era de la crianza natural, Dey Street Books). En él denuncia la presión sobre las madres de este modelo que equipara a un culto. "Lo escribí porque recibo muchos mensajes de madres que se sienten fatal al creer que estaban fallando por no seguir los dictados de la crianza natural: me parece una presión injusta e innecesaria", explica. En un momento en el que se es más vulnerable, Tuteur denuncia una competencia insana por quién es la madre más apegada o la que ha tenido un parto más natural.

​En ocasiones, me he preguntado si el parto no era más importante que el bebé". La doctora lamenta la distorsión que se ha dado a las teorías de Bowlby. "El nombre que los Sears han elegido es muy bueno, porque todos han oído hablar de la teoría del apego y saben que el apego es importante", dice. También denuncia que se dé el mensaje de que el apego es difícil, que sólo se conseguirá siguiendo determinadas directrices: "¡No es cierto; es algo espontáneo!", exclama indignada. "En treinta años de carrera he observado que lo más importante para los niños es que sepan que sus padres los quieren, pero que el método específico de nacimiento y de alimentación y el número de horas que han sido cargados al día, son irrelevantes. Los bebés no necesitan una madre perfecta sino una madre lo suficientemente buena", sintetiza.

Incluso Carlos González, autor de superventas como Bésame mucho (Temas de Hoy), comenta, vía email, que "eso de ‘crianza con apego' no tiene mucho sentido. El apego es una necesidad básica del ser humano y todos los niños tienen apego. No depende ni de la lactancia ni del porteo, que son cosas que están bien, pero no son el apego en el sentido psicológico del término".

En un mundo cada vez más polarizado, el apego se está instaurando con fuerza, ante un cierto asombro de quienes creen que se puede amar a los hijos sin ejercer esta maternidad tan intensa para, entre otros, desafiar al sistema.

Un retorno a la época en la que el principal papel de la mujer era quedarse en casa, al cuidado de los hijos. Este retroceso ha sido denunciado por la filósofa francesa Elisabeth Badinter, quien en el libro La mujer y la madre (La Esfera de los Libros), califica esta maternidad intensiva como "una nueva forma de esclavitud". Badinter asegura que esta nueva tendencia que, "por razones etológicas y ecológicas" empuja a las mujeres a parir en casa, así como a rechazar la epidural, a amamantar a su bebé sin parar y usar pañales reutilizables, lo que hace, en el fondo, es forzarlas a abandonar los avances "que las han liberado".

Fuente: Clarín

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