Desde la ampliación del Punto G hasta la reconstrucción del hímen, una guía completa de tratamientos para mejorar nuestra intimidad.
Vivir mejor nuestra sexualidad; dejar de lado miedos, vergüenzas y tabúes; poder corregir o mejorar eso que nos inhibe para sentirnos seguras y alcanzar el placer. Ese es el fin de la Ginecoestética: modificar aquellas partes de nuestra intimidad que –por distintas razones- afectan nuestra capacidad de gozar.
En Latinoamérica se comenzó a hablar de Ginecoestética hace menos de 10 años. Quien lidera su difusión y enseñanza es el Dr. Raúl Pinto, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Estética y presidente del XXI Congreso Argentino de Medicina Estética, el único evento donde se congregan especialistas para abordar los últimos avances científicos en tratamientos estéticos no invasivos.
En este último Congreso, participaron profesionales destacados de todo el mundo. Entre ellos, el Dr. Leonardo Imbriano, especialista en Ginecología Estética, que nos explicará cuáles son los avances científicos y por qué las mujeres se animan a pensar en una mejor calidad de vida, con menos prurito. “La Ginecoestética es la subespecialidad de la Ginecología Quirúrgica que, además de buscar resultados estéticos, ayuda a mejorar la función y calidad sexual de las mujeres”, dice el profesional.
¿Cómo surge la Ginecoestética?
“Hace mucho tiempo que las pacientes demandaban tratamientos de este tipo. Algunos ginecólogos los venían reralizando pero de manera muy aislada y un poco escondida, ya que a las pacientes les resultaba casi un tabú poder hablar de su sexualidad y de tratamientos que la mejoraran”, explica Imbriano. Y agrega: “A raíz de que la esperanza de vida está aumentando, estoy convencido de que la satisfacción sexual, así como la salud ginecológica y -por consiguiente- la calidad de vida de las pacientes, genera una inquietud y una demanda que se pone paulatinamente de manifiesto en la práctica de la Ginecología cotidiana. A la mujer siempre se le hizo difícil investigar o pedir más y mejor sexo, a pesar de que es un derecho que tienen. Esto en parte se debe a que corrían el riesgo de ser tildadas de “fáciles” o de no comprometerse con su imagen “social” de pareja o madre. Esto es algo que tenemos que desterrar, el ideal de una mujer es el que combina su función de esposa y madre, con su poder de erotización”, comenta el cirujano.
Las opciones
-Amplificación del Punto G. A pesar de la controversia, existe evidencia científica suficiente para demostrar su existencia. Ubicado en la pared anterior del tercio inferior de la vaginal (a unos 2,5 cm de la uretra aproximadamente), es un área sensible al tacto y al roce, que al ser estimulada puede producir una gran respuesta orgásmica. Mediante la utilización de sustancias de relleno (fillers), se busca la amplificación de su área, logrando una mayor superficie de estimulación.
-Labioplastia de reducción. Aproximadamente el 20% de las pacientes jóvenes presentan hipertrofia de labios menores (labios menores muy grandes), lo que se exacerba aún más con la tendencia actual de la depilación total de la zona púbica. Este trastorno no sólo es una cuestión estética, sino que puede interferir en la calidad de vida de la paciente al utilizar ropa ajustada, en la práctica de deportes o en las relaciones sexuales.
-Labioplastia de aumento. El envejecimiento produce una pérdida de colágeno y una pérdida de tejido de sostén generalizada de todo el cuerpo, lo que produce la caída y la atrofia de todos los tejidos. Esto se refleja en los labios mayores y menores, con pérdida de turgencia y volumen. Aplicando técnicas de lipoinjerto o fillers, se logra el rejuvenecimiento del área tratada.
-Rejuvenecimiento Láser Vaginal. Los partos vaginales o la constitución genética pueden generar cambios en las dimensiones internas y externas de la anatomía del canal vaginal. Esta pérdida del tono muscular y el ensanchamiento genera -en muchas pacientes y en sus parejas- una pérdida de placer en sus relaciones sexuales y de autoconfianza. Aprovechando los beneficios del láser (menor sangrado, menor inflamación y acortamiento del postquirúrgico), se realiza un procedimiento para reestablecer las dimensiones normales del canal vaginal en toda su extensión, estrechándolo, realzando la tonicidad vaginal, reforzando los músculos y aumentando el control muscular voluntario de los mismos.
-Descapuchamiento del clítoris. El clítoris, órgano principal del placer femenino, se encuentra cubierto parcialmente por su capuchón. Por traumatismos postparto o constitución genética, este capuchón puede sobre cubrir excesivamente al clítoris, disminuyendo su área de exposición, lo que genera una pérdida de estimulación sexual.
-Reducción del clítoris. El excesivo tamaño del clítoris (clitoromegalia) puede tener un origen congénito o estar asociado a alteraciones endócrinas. Luego de descartar la causa del trastorno, el objetivo es la corrección estética del mismo, buscando la normalidad en su estructura.
-Plástica de episiotomía y resurfacing de episiotomía con láser. Al 90% de las mujeres que han tenido partos vaginales, se les ha realizado una episiotomía en el momento del parto (corte en el introito vaginal), esta cicatriz genera que en el 50% de las pacientes, haya dolor durante la penetración. De acuerdo a cada caso, mediante un procedimiento quirúrgico o utilizando la láser terapia, se mejora esa cicatriz y se logra dismuir el dolor durante las relaciones sexuales.
-Lipoescultura de Monte de Venus. A medida que las mujeres crecen, se produce una redistribución de la grasa corporal en diferentes zonas. Lo que genera adiposidades localizadas. Un lugar frecuente de acumulación es el Monte de Venus (zona púbica), lo que genera el “inesteticismo” de la zona y la pérdida de la línea de belleza descendiente del vientre y pubis. Mediante la lipoescultura láser se consigue el modelado de la zona, que logra armonía y estética en la zona.
-Himenoplastía (reconstrucción del himen). Mediante un procedimiento quirúrgico, se logra la plástica de los pilares del himen roto.
-Eliminación de verrugas y lesiones en zona genital. Infecciones como el HPV u otro tipo de trastornos pueden causar la formación de verrugas o lesiones en el área genital, lo que produce un gran “inesteticismo” en las pacientes y altera su autoconfianza sexual.
-Bioregeneración de la atrofia vulvovaginal por PRP (Plasma Rico en Plaquetas). La sequedad y la atrofia vulvovaginal son problemas frecuentes que muchas mujeres sufren en silencio. Son dolencias crónicas y progresivas, que pueden afectar aproximadamente el 15% de las mujeres premenopaúsicas y hasta el 70% de las mujeres postmenopáusicas. Utilizando un innovador tratamiento (PRP), se busca la bioregeneración de la piel y mucosas del área. El PRP es un preparado autólogo, no tóxico, no alergeno, obtenido por centrifugación diferencial de la sangre del paciente a tratar, cuya función está directamente relacionada con el aporte de factores de crecimiento de las propias plaquetas.
Si bien estos son los tratamientos ginecoestéticos más comunes, también existen otras prácticas como el Láser Resurfacing de vulva y vagina, el Láser Vaginal Tightening y la Toxina Botulínica en el tratamiento de vaginismo.
“Algunas de las consultas más frecuentes tienen que ver con hipertrofias de labios menores, sobre todo por la popularidad que alcanzó la depilación definitiva, ya que esto hizo que las mujeres prestaran más atención a su zona genital” afirma el Dr. Imbriano. “Podríamos decir que la Plástica de Labios Menores y el PRP para sequedad vaginal son de los tratamientos más solicitados. No olvidemos también la ampliación del punto G, que es cada vez más solicitado por las mujeres, incluso como regalo de bodas”, concluye.
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