Horror en La Pampa: El detenido tenía antecedentes por cinco violaciones en su casa

Juan José Janssen, de 32 años, ya sabía lo que era caer en prisión acusado de abusos sexuales. El lunes, cuando lo fue a buscar la Policía por la violación de una nena de 14 años, ya no estaba. Escapó, pero no fue lo suficientemente rápido, porque lo atraparon en América, provincia de Buenos Aires. Pero en el allanamiento hubo una sorpresa que conmocionó a General Pico, en La Pampa: en el patio de la casa, debajo de una parrilla, estaba enterrado el cuerpo de Sofía Viale (12), a quien su familia buscaba con desesperación desde hacía 66 días.

Fuentes judiciales confirmaron ayer a Clarín que Janssen sumó acusaciones por cinco ataques sexuales con el uso de arma blanca, todos cometidos en su casa de calle 29 Nº 2055, entre 40 y 42, del barrio Indios Ranqueles.

En octubre de 2011 fue condenado a un año de prisión por el abuso sexual de la hija de su pareja, de 18 años. También le imputaron los cargos de privación ilegítima de la libertad y uso de armas. Según los investigadores, siempre atacaba con un cuchillo.

Estuvo preso seis meses, ya que le dieron la libertad condicional. Lo soltaron en abril de 2012 . La víctima, a quien la propia madre le dijo que no le creía, se fue a vivir al Sur con sus abuelos.

Pero en los primeros días de agosto el hombre volvió a ser detenido por un segundo hecho de “abuso sexual, con uso de arma” que sufrió una sobrinita, de unos cinco años, en el mismo domicilio.

La Fiscalía solicitó “prisión preventiva hasta la finalización del proceso”, pero el juez de control que atendió el caso no accedió y dictó una preventiva por un término menor, de 30 días.

Después de la desaparición de Sofía –el 30 de agosto– Janssen cayó nuevamente preso. En esa oportunidad lo acusaron por un ataque sexual contra dos hermanas, en la misma casa. Salió en libertad por tercera vez, ya que estuvo detenido con “30 días de prisión preventiva” que se vencieron, sin ser revisados.

El quinto ataque sexual supuestamente lo cometió la mañana del lunes contra la estudiante de 14 años.

En su habitación había sábanas con sangre (la víctima lo arañó en la oreja), según relató la vecina que fue testigo del operativo.

Los peritos tomaron muestras de cabello. Mientras en el patio, un perro rastreador escarbaba debajo de la parrilla: fue el indicio que, de casualidad, llevó a encontrar el cuerpo de Sofía Viale. Después estalló la ira de los vecinos. Más de 500 pobladores apedrearon la casa de Janssen, incendiaron un móvil policial y atacaron la comisaría.

“Lo de la Policía fue un horror. Trataron de culparnos a nosotros de la desaparición de Sofía. Ahora todos se lavan las manos ”, se quejó Marcelo Viale, papá de la nena asesinada, al recibir a Clarín en su casa junto a su esposa, Noemí Ampudia.

La Policía había apuntado a una fuga de hogar. “Nos echaban la culpa a nosotros, que la nena estaba escondida en algún lado, que mis suegros se la habían llevado, que mi señora sabía, que tenía un supuesto amante”, dijo Viale.

Según los resultados preliminares de la autopsia, Sofía murió por estrangulamiento con lazos y hundimiento de la tráquea . Todavía no se confirmó si también fue violada, pero los antecedentes del detenido son lapidarios.

La nena desapareció cuando salió a vender el pan y las masitas que su madre cocinaba en su casa. Ella la llamó al celular y no contestó. Allí comenzó la búsqueda, que incluyó hasta rastrillajes con perros en el basural de la ciudad.

La pareja de Janssen, de 34 años, también está detenida, al igual que el hijo de la mujer de 17 años. Los investigadores creen que ella actuó como “ partícipe necesario de homicidio simple ”.

Anoche, unos 3.000 vecinos volvieron a marchar por las calles de General Pico. Esta vez fue sin violencia. Pidieron la renuncia de los funcionarios provinciales que intervinieron en la búsqueda de Sofía.

Nadie puede entender cómo la nena apareció muerta a una cuadra de su casa , cuando la Policía y la Justicia sabían que en el barrio vivía un hombre acusado de varios abusos.