Fue a las 5.15 en la zona sudoeste cuando los ladrones, dos de ellos armados, abordaron el interno 144 y tras darle un culatazo al chofer le sacaron el celular, dinero y la cartera a la única pasajera.
Rosario.- Un grupo de cinco delincuentes, dos de ellos portando armas de fuego, robaron esta madrugada al conductor, tras golpearlo, y a la única pasajera de un ómnibus de la línea 134 en una esquina del sudoeste de Rosario.
El hecho, según confiaron fuentes policiales, se registró alrededor de las 5.15 cuando uno de los cinco delincuentes paró el interno 144 de la línea 134 en la esquina de Ombú y Callao, lo que aprovecharon sus cuatro cómplices que subieron rápidamente detrás del primero.
A bordo del micro solo iban el chofer de 44 años, que recibió un culatazo y un golpe en el pómulo, y una pasajera de 74 años que fue amenazada y debió entregar su cartera. La mujer contó muy consternada a La Capital que los delincuentes le pedían los anillos, en tanto cuando ella entre sollozos les dijo que sólo eran de fantasía uno de ellos la amenazó con cortarle los dedos, pero en ese momento sus compañeros se dieron rápidamente a la fuga obligándolo a seguirlos.
La mujer relató que se dirigieron a la comisaría 21ª que investiga el hecho y que allí sólo había dos agentes de guardia.
Cinco mujeres fueron demoradas al ser descubiertas con cocaína y marihuana ocultas en su calzado. Utilizaban un método sofisticado para burlar los controles. Algunas tienen vínculos con presos relacionados al narcotráfico.
El choque ocurrió pasadas las 22 cuando la víctima de 33 años caminaba por la zona de Avellaneda y colectora de Circunvalación y fue embestida por un Renault 9. El conductor se retiró del lugar y se presentó a la medianoche en dependencia policial.
El ataque ocurrió el sábado en un asentamiento ubicado en Crespo y Granadero a caballo. La víctima fue trasladada al hospital de niños Zona Norte de Rosario
El robo tuvo lugar el pasado sábado en las afueras de Rosario. Los delincuentes se llevaron celulares, dinero, una computadora, una consola de videojuegos y el DVR de las cámaras de seguridad.
Tras el crimen, la policía allanó un bunker al que habrían ido las víctimas y arrestó a cuatro sospechosos. La pareja de uno de los fallecidos declaró que los agresores le dijeron que fue una venganza