Los cinco hombres que ayer a la mañana asaltaron el local del microcentro esperaron pacientemente que llegaran el propietario y su esposa. Apenas estacionaron emboscaron a sus víctimas.
El atraco en Calzados San Luis comenzó minutos antes de las 8, cuando el dueño iba a abrir el local.
Rosario.- Los cinco hombres que ayer a la mañana asaltaron una zapatería del microcentro esperaron pacientemente que llegaran el propietario y su esposa. Apenas estacionaron el utilitario en un estacionamiento contiguo emboscaron a sus víctimas. Mientras la mujer era retenida en el vehículo el comerciante fue obligado por sus captores a ingresar al local. Una vez allí, ante la imposibilidad de abrir con un soplete la caja fuerte, se llevaron el cofre con una carreta y lo subieron al rodado en el que se movían. Con el botín en su poder, unos 200 mil pesos, los ladrones se esfumaron por el centro rosarino.
El atraco se inició cuando faltaban 15 minutos para las 8 de ayer. A esa hora, Marcos M. estacionó su vehículo en el playón de estacionamiento lindante con la zapatería ubicada en San Luis 1160. Lo acompañaba su esposa, con quien venía de llevar a sus hijas a la escuela y planeaba tomar unos mates antes de abrir el negocio.
Emboscados. Pero no pudieron siquiera llegar al comercio; enseguida fueron emboscados en la cochera por cinco hombres armados que observaban con sigilo sus movimientos. "A la esposa de mi hijo la ataron, la tiraron en la chata y le pusieron una frazada encima", explicaba ayer a la mañana, detrás del mostrador de Calzados San Luis, el padre de Marcos M.
Mientras uno de los maleantes se quedaba custodiando a la mujer, los otros asaltantes a punta de pistola obligaron a Marcos a ingresar al negocio. Recorrieron la escasa distancia que separa el estacionamiento del local sin que, al parecer, alguien advirtiera la maniobra.
Una vez adentro, los ladrones golpearon al comerciante y después se encaminaron directamente hacia la parte posterior del negocio. Allí estaba la caja de seguridad que querían llevarse. "Tenían el dato preciso porque vinieron a buscar la caja fuerte", explicó el familiar de Marcos.
Soplete. Una evidencia de que los maleantes contaban con información sobre la existencia del cofre es que tenían un soplete para abrirla en caso de que el dueño no tuviera la llave. Pero entonces tropezaron con una dificultad tal vez inesperada para ellos. "No pudieron abrirla con el soplete, y como mi hijo se dio cuenta de que se pudieron nerviosos les dijo que se la llevaran. Ellos le dijeron que era muy pesada, entonces mi hijo les dio una carretón", comentó el padre de Marcos.
Ya eran las 8.30 cuando los ladrones, luego de liberar de sus ataduras a la mujer de Marcos, cargaron en el utilitario en el que habían llegado —una Trafic o un Renault Kangoo— la caja de seguridad de la zapatería con los 200 mil pesos que había en su interior y se marcharon.
La esposa del hombre asaltado respiró aliviada cuando se percató de que los ladrones se habían esfumado y poco después, algo más tranquilo, Marcos M. fue a denunciar el atraco en la comisaría 2ª, ubicada a seis cuadras.
En el mediodía de ayer, la zapatería estaba abierta y el padre del hombre asaltado estaba detrás de la caja atendiendo con amabilidad a los clientes. "Son 40 pesos, muchas gracias señora", le decía con naturalidad a una mujer que acababa de realizar una compra.
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