La comunidad educativa de la institución de Empalme Graneros no puede más. Este martes fueron asaltados una vez más y el delincuente encerró y manoseó a algunas de las docentes. Decidieron no dictar clases hasta que le aseguren custodia
Las docentes y porteras del jardín de infantes de Génova y Cullen no pueden más. Este martes fueron asaltadas una vez más con el agravante que, en esta ocasión, el delincuente encerró a un grupo de ellas y las manoseó. Decidieron no dictar clases hasta que el gobierno provincial les asegure custodia. La última vez que vivieron una situación similar fue el 31 de marzo, cuando un grupo de vándalos arrasó con una de las salitas.
Consultada por el programa De12a14 (El Tres), Silvia Altavilla, la directora del jardín 296, ubicado en el corazón de Empalme Graneros, señaló que la situación de la comunidad educativa que allí trabaja y que todos los días se compromete a ponerle una sonrisa a los chiquitos del barrio, se tornó intolerable.
Explicó que esta mañana, “les tocó otra vez”. Un hombre ingresó a la institución con la excusa de alcanzarles un documento del dispensario –precisó– y a poco poner pie en el edificio, descubrió un arma y encerró a un grupo de empleadas en una de las aulas. Les robó sus pertenencias, abusó de ellas y destrozó el lugar.
Pero aún insatisfecho, en su huida se topó con otra docente a quien empujó y manoseó.
“Esto es inaudito. Mis compañeras están devastadas”, lamentó Altavilla quien aseguró, además, que se sienten “totalmente vulnerables” y que hasta tanto la provincia no refuerce la seguridad en la zona no volverán a abrir las puertas del jardín.
Recordó que no es la primera vez que claman por seguridad, pero que la ayuda nunca llega. Parece perderse, cada vez, en algún trámite burocrático: “Siempre falta una firma, un sello o un papel”.
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