Un hombre de 80 años vivió una noche de terror este lunes cuando dos hombres ingresaron a su domicilio, le pegaron y se llevaron, entre otras cosas, su auto y dinero

La víctima pensó que quienes golpeaban a su puerta eran potenciales inquilinos de su cochera. Foto: mediamza.com
Rosario.- Un hombre de 80 años vivió una noche de terror este lunes cuando dos hombres golpearon a su puerta, aparentemente interesados en el alquiler de un cochera de su propiedad. Era un engaño. De un empujón, entraron a su casa, le pegaron y se llevaron, entre otras cosas, su auto y dinero.
Según informó el periodista Hernán Funes de Radio 2, el hecho ocurrió este lunes cerca de las 20.30, en Gálvez al 2600. A esa hora el dueño de casa les abrió la puerta, creyendo que se trataba de dos potenciales inquilinos. Nada más lejos; eran dos ladrones.
Con mucha violencia, los delincuentes lo amenazaron con sus armas y luego le propinaron una fuerte golpiza por la que después tuvo que ir a hacerse ver al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Pero lo peor fue el susto, la víctima tuvo que ser asistida además –detallaron fuentes policiales– por un ataque de nervios.
Los ladrones se llevaron una suma no especificada de dinero en efectivo, artículos electrodomésticos y el automóvil Fiat Palio de la víctima.
El homicidio ocurrió en Calle 1.818 al 3900, donde la víctima, de 22 años, fue baleada en la cabeza y en el tórax
Una adolescente recibió un disparo el cuello, en la zona oeste. Un hombre resultó baleado en el rostro y las piernas, en zona sur. Y un joven fue atacado con un arma blanca tras una presunta discusión de pareja.
Se registró este martes a media tarde en una zona cercana al puente de la ruta 34 que pasa por el curso de agua, a muy pocos kilómetros del acceso a Rosario por el noroeste. Se aguardan las pericias correspondientes para determinar la identidad y las circunstancias del hecho
Estrella Laurta Varela relató que su hijo estuvo preso durante un mes en febrero de 2024 por “desacato a la autoridad”, luego de violar la restricción perimetral que le había impuesto su expareja, y que en ese momento le solicitó a las autoridades “que no lo soltaran”