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Tres delincuentes entraron a los tiros a una comisaría e hirieron a dos policías

Se trató un episodio inédito en la historia de la ciudad. Los agentes de la seccional 14 rechazaron el ataque. Los agresores escaparon corriendo, pero fueron apresados. También están heridos.

Los especialistas toman muestras de rastros frente a la seccional atacada en Marcos Paz 6650. Foto: Silvina Salinas

Los especialistas toman muestras de rastros frente a la seccional atacada en Marcos Paz 6650. Foto: Silvina Salinas

Dos policías resultaron heridos anoche tras ser baleados por tres hombres que ingresaron a la sala de atención al público de la comisaría 14 y sin mediar palabra comenzaron a disparar. Los tres agresores, que habían llegado hasta las dependencias de Marcos Paz 6650 caminando y huyeron a la carrera, fueron posteriormente detenidos con heridas de distinta consideración. Los efectivos heridos están fuera de peligro.

Las primeras averiguaciones no dan datos concluyentes sobre las causas del ataque. Según el jefe de la Unidad Regional II de Policía, Miguel Oliva, no se conocen los móviles de la agresión armada que dejó a dos agentes con heridas, uno en el muslo y con un roce de bala en el rostro, y el otro con heridas en un brazo y también en la cara.

Pero altas fuentes del Ministerio de Seguridad no descartaron que se haya tratado de un intento de copamiento de la seccional o para liberar a algún preso.

Los hechos se desencadenaron anoche a las 22.10 en momentos en que en la guardia de la comisaría 14 había cuatro policías, uno de ellos en la sala de ingreso en la que se atiende al público.

Intempestivamente, tres hombres jóvenes ingresaron al recinto y comenzaron a disparar. Uno de los agentes, el que sufrió heridas en una pierna, fue el primero en repeler el ataque vaciando el cargador de su arma reglamentaria. Luego comenzó a ser asistido en el empeño por los tres policías restantes.

Los agresores escaparon corriendo ya con heridas de distinta consideración debido al intenso tiroteo que se desató dentro de la comisaría. Aparentemente, no eran esperados por cómplices con autos o algún otro vehículo. Un intenso rastrillaje del que formaron parte móviles de distintas reparticiones de la fuerza permitió individualizar a los presuntos autores y detenerlos a poco de realizado el ataque.
Uno de los policías heridos fue internado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez y otro en el céntrico sanatorio Laprida.

Las paredes, vidrios y mobiliario de la sala policial donde se desató el tiroteo muestran numerosas huellas del enconado enfrentamiento.

Oliva dijo que en una primera instancia el ataque es una incógnita. Señaló que en el penal de la comisaría hay doce detenidos por robos y escruches, pero “no hay personas acusadas por algún delito federal”, es decir, por causas relacionadas con el narcotráfico.

La policía logró incautar las armas empleadas por los delincuentes en su raíd demencial, entre ellas dos revólveres. No dio datos filiatorios de los policías heridos ni de los apresados.
Una de las armas, dejada en el pasto que bordea la vereda sobre Marcos Paz, era peritada anoche por especialistas.

En momentos en que el jefe policial estaba dando los datos de lo acontecido, sobre las 23.40, uno de los numerosos móviles policiales recibió el alerta de que a un cuadra estaba siendo asaltada una heladería, por lo que otra vez la zona se llenó con el aullido de las sirenas.

La comisaría 14 está a media cuadra de las Cuatro Plazas y a una cuadra de la parroquia San Antonio de Padua del barrio Belgrano. A unos 150 metros hay un destacamento de la Policía de Acción Comunitaria que tiene, además, un móvil.

Varios vecinos que trataban de ver en medio del cerrado cordón policial en las esquinas (la seccional está en mitad de cuadra) dijeron que estaban por acostarse cuando fueron sobresaltados por los tiros.

Estirando la vista para distinguir entre las decenas de sombras azules que se movían en un radio de veinte metros, recordaron que “en un primer momento me pareció que eran fuegos artificiales, pero después me di cuenta que era algo muchos más serio”, dijo uno de ellos. “¡Ma’ que fuegos artificiales!, eran tiros, parecía una tormenta de balas”, corrigió una mujer de unos 50 años.

En medio de la incertidumbre sobre lo que había acontecido, numerosos móviles policiales arribaban y otros se iban de la escena. De todos modos, no había menos de cuatro autos por esquina.

Sobre las 23.20 llegó al lugar un auto policial con un detenido custodiado por dos efectivos. El móvil se acercó a unos diez metros de la seccional y se detuvo. Tras unos cinco minutos de espera, el vehículo retrocedió y salió por Provincias Unidas hacia el sur. En el asiento posterior estaba un joven con el cabello muy corto sobre los costados de la cabeza, que vestía una campera azul, y que trató de ocultar la cara acercándola al pecho. No se pudo saber si estaba relacionado con el ataque a la seccional.

Tras dar los detalles de lo acontecido, el jefe Oliva fue abordado por algunas mujeres jóvenes que tenían parientes entre los presos alojados en el penal de la 14. “No hay ningún detenido herido, no llegó hasta el penal, los detenidos no sufrieron ningún percance”, aseguró.

Fuente: La Capital

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