Tres sujetos armados invocaron el nombre del portero y así dominaron a una mujer de 83 años. Se llevaron 5 mil pesos y 13 mil dólares.
Italia al 400. Carmen, en el palier del edificio donde la asaltaron. Los ladrones portaban al menos un arma de fuego. Foto: Gustavo De Los Rios / La Capital
"Carmen, soy Abel, ábrame", fue que lo escuchó Carmen C., una mujer de 83 años, de quien tocó el timbre de su departamento de un edificio del centro rosarino. La dueña de casa presumió que era el portero porque así se llama el trabajador, pero no demoró en comprobar que había caído en una trampa. Apenas la anciana abrió la puerta se topó con tres sujetos armados. A punta de pistola, los recién llegados se introdujeron en la vivienda y, una vez adentro, con la situación controlada, recogieron 13 mil dólares, cinco mil pesos y un teléfono celular. Con el botín en su poder los malhechores se esfumaron y hasta anoche no habían sido localizados por la policía.
Una fuente policial señaló que, cerca de las 14.30 del sábado, alguien tocó el timbre en un departamento del cuarto piso de un moderno edificio ubicado en Italia al 400, entre Urquiza y Tucumán. Carmen, la dueña, atendió el llamado. Al preguntar quién era escuchó una voz masculina que decía desde el palier: "Abel". La anciana creyó que era el portero porque así se llama el encargado.
Engaño. Entonces, confiada, abrió la puerta, pero enseguida comprobó que no era Abel quien estaba allí sino un hombre acompañado de dos cómplices. Antes de que la mujer pudiera reaccionar ante el engaño, uno de los intrusos exhibió un arma de fuego y obligó a Carmen a meterse en la vivienda. Uno de los ladrones llevó entonces a la anciana a una habitación. Allí la maniató atándole los brazos y las piernas.
A partir de allí, sin obstáculos a la vista, los dos socios comenzaron a recorrer la propiedad en búsqueda de elementos valiosos. Desde la habitación, Carmen escuchaba resignada los movimientos de los asaltantes. Al cabo de un rato, los delincuentes lograron su cometido. Recogieron 13 mil dólares, cinco mil pesos y un teléfono celular. Y se marcharon sin que ningún vecino haya advertido la irrupción.
Después de unos minutos, Carmen logró zafar de las ataduras y salió de la habitación cuando se percató de que los ladrones ya se habían ido. Angustiada, se encaminó al sitio donde tenia guardados los ahorros atesorados en los últimos meses y comprobó que habían desaparecido. Luego se dirigió a la comisaría 3ª y denunció el robo.
En el mediodía, Carmen estaba en el palier del edificio brindándole detalles del atraco a un efectivo de la Policía de Investigaciones, a cargo de la pesquisa. Mientras esto ocurría, un hijo de la mujer se acercó a un cronista de LaCapital para comentar que la madre prefería no comentar lo que había ocurrido. "Ella no está en condiciones de hablar de lo que pasó", se excusó el hombre.
La víctima estaba internada en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria desde el pasado 20 de octubre cuando intentó frenar una pelea a la salida del salón de eventos donde festejó los 15 su sobrina. Después de múltiples golpes, un joven de 19 años le propinó una patada en la cabeza mientras estaba en el piso. Este domingo se confirmó su deceso
Claudina se presentó en el Instituto Médico Legal para reconocer el cuerpo de su hija. "No puede seguir pasando esto, ni en San Lorenzo ni ninguna otra parte del país. Basta”, dijo.
El jefe de la Policía de Investigaciones, Natalio Marciani, confirmó que uno de los detenidos en la noche del jueves fue quien aportó información que les permitió encontrar el cadáver de la joven. “Todos nos hace presumir que la muerte fue cercana al día de la desaparición”, señaló
Lo halló la Policía de Investigaciones tras allanamientos que realizó en la noche de este jueves en Puerto General San Martín, donde había sido secuestrado un 308 gris que se presume que tendría relación con la desaparición de la joven de 20 años que había sido vista por última vez el 30 de octubre.
Se trata de Kevin Leonardo Ayala, quien además está investigado como posible partícipe en el homicidio del policía Andrés Farías, que tuvo lugar el pasado 27 septiembre en Fisherton. Al momento de ser acusado en Rosario tenía la llave de unas esposas en su ropa interior