Luis Ratari, cuyo hijo Matías fue asesinado en un confuso episodio el 16 de abril pasado, fue víctima junto a su familia de una nueva amenaza que se suma al piromaníaco que encontraron frente a su casa de Deán Funes al 500 con una bomba molotov el 4 de mayo pasado.
Luis Ratari, cuyo hijo Matías fue asesinado en un confuso episodio el 16 de abril pasado, fue víctima junto a su familia de una nueva amenaza que se suma al piromaníaco que encontraron frente a su casa de Deán Funes al 500 con una bomba molotov el 4 de mayo pasado. En esta oportunidad el hecho sucedió pasadas las 23 del miércoles cuando le deslizaron por debajo de la puerta de su casa un sobre con un mensaje intimidatorio y cinco balas con punta de teflón: "Seguís hablando y seguimos con tu hijo", se leía en un papel que acompañaba los proyectiles.
Matías Ratari fue asesinado de un balazo que partió desde el tercer piso del edificio de Cochabamba 329 la madrugada del 16 de abril. Por ese hecho está preso en forma preventiva y hasta el 30 demayo Lucas Emanuel F., de 23 años, quien fue imputado de disparar con una pistola calibre 9 milímetros desde el balcón del departamento de su pareja en el cual habían festejado su cumpleaños junto a un grupo de familiares y amigos. Según esas personas, Matías y otro joven intentaron robarles celulares y un reloj en la puerta del edificio y por eso Lucas reaccionó. La imputación que pesa sobre el joven es la de homicidio agravado.
Piromaníaco. Desde que mataron a Matías los Ratari ya recibieron un par de amenazas para que no avancen en su pretensión de presentarse como querellantes de la causa. El pasado 3 de mayo un hombre de 34 años fue detenido frente a la vivienda familiar con una bomba molotov que en su interior tenía un candado, tuercas y tornillos. Dentro del auto en que el hombre se desplazaba la policía secuestró un recipiente con cinco litros de nafta. Al ser capturado, tras un llamado de los Ratari al 911, argumentó que era "piromaníaco" y que "quería quemar un contenedor" situado a 50 metros de la puerta de la casa de los padres de Matías.
Al respecto Luis Ratari contó ayer a La Capital: "No sé de dónde puede venir ésto. Es la segunda amenaza que recibimos desde que Matías falleció. Yo soy un hombre muy conocido en barrio Tablada y no tengo problemas con nadie. Ya no sé que hacer, primero un tipo me quería quemar la casa y ahora estas balas y la carta", dijo angustiado.
La familia vive desde siempre en Deán Funes y Juan Manuel de Rosas y la componen Luis, su mujer Ana y sus hijos, Pablo y María, todos los que extrañan sin consuelo a Matías. En ese barrio Luis tiene una activa vida social y política y supo ser dirigente del club Central Córdoba.
Juego sucio. En lo que hace a la querella que Ratari mantiene contra Lucas Emanuel F. y en la que lo representa el estudio de José Nanni y Paul Krupnik, el hombre expresó que "resulta que el reloj que dicen que Matías le robó a esos pibes, justamente era de él. Es muy raro, pero el reloj en cuestión es uno que yo le regalé a mi hijo y está en depósito en Fiscalía. Nos están jugando sucio queriendo hacer pasar a mi hijo por delincuente, pero la verdad aparece en las pruebas recolectadas", abundó.
La familia aún sigue lastimada. "Juro que veo a mi hijo en todos lados, es un calvario. Por suerte las pruebas son todas a favor nuestro. Mi hijo era muy querido en Tablada, conocía mucha gente, trabajaba en su taller de motos, era ordenado, prolijo. Un gran hijo", dice mientras muestra facturas, liquidaciones de proveedores del taller de Matías, fotos de aquella noche fatal que lo muestran totalmente sobrio y justifica, sin necesidad, su amor por el hijo ausente.
La víctima estaba internada en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria desde el pasado 20 de octubre cuando intentó frenar una pelea a la salida del salón de eventos donde festejó los 15 su sobrina. Después de múltiples golpes, un joven de 19 años le propinó una patada en la cabeza mientras estaba en el piso. Este domingo se confirmó su deceso
Claudina se presentó en el Instituto Médico Legal para reconocer el cuerpo de su hija. "No puede seguir pasando esto, ni en San Lorenzo ni ninguna otra parte del país. Basta”, dijo.
El jefe de la Policía de Investigaciones, Natalio Marciani, confirmó que uno de los detenidos en la noche del jueves fue quien aportó información que les permitió encontrar el cadáver de la joven. “Todos nos hace presumir que la muerte fue cercana al día de la desaparición”, señaló
Lo halló la Policía de Investigaciones tras allanamientos que realizó en la noche de este jueves en Puerto General San Martín, donde había sido secuestrado un 308 gris que se presume que tendría relación con la desaparición de la joven de 20 años que había sido vista por última vez el 30 de octubre.
Se trata de Kevin Leonardo Ayala, quien además está investigado como posible partícipe en el homicidio del policía Andrés Farías, que tuvo lugar el pasado 27 septiembre en Fisherton. Al momento de ser acusado en Rosario tenía la llave de unas esposas en su ropa interior