Ayer por la mañana en la Oficina de Gestión Judicial del Centro de Justicia Penal Rosario, el Juez de Primera Instancia Dr. Héctor Núñez Cartelle resolvió homologar el procedimiento presentado por la Fiscalía y aceptado por la Defensa condenando al religioso Juan Aveiro de 53 años quien prestaba servicio en el Cottolengo Don Orione de General Lagos, a la pena de 9 años y 6 meses de prisión efectiva por los delitos de Abuso sexual simple agravado por haber sido cometido por la persona encargada de la guarda de las víctimas, Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por haber sido cometido por la persona encargada de la guarda de las víctimas, Abuso sexual con acceso carnal, Tenencia de material pornográfico infantil, Ofrecimiento y facilitamiento de pornografía infantil
La Fiscal Dra. Nora Marull de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual imputó a Juan Aveiro hechos de abuso sexual hacia personas con diferentes grados de retrasos madurativos, quienes se encontraban bajo la guarda del imputado, miembro de la Comunidad del Cottolengo en diversas oportunidades indeterminadas en el período 2010 y 2018. El imputado aprovechaba los momentos en que las víctimas se encontraban a su cargo y abusaba sexualmente de las mismas. El caso Aveiro tomó trascendencia en los medios de la región y, por ende estado público; tras una primera denuncia relevada por el semanario La Posta Hoy y replicada también por Extremo Diario. A partir de allí, se pudieron corroborar que hubo más víctimas a manos de este hombre y luego la justicia fue avanzando en el marco de la causa que conmocionó a todos; pero más que nada a toda nuestra región.
La Defensa del imputado estuvo a cargo de la Dra. Nanci Zully.
El hombre de 57 años fue detenido este martes en Granadero Baigorria. El jueves le imputarán dos casos pero se estima que son una veintena de hechos similares en la zona y cientos en todo el país.
Ocurrió en la noche del domingo en Viamonte al 3600. Las cámaras muestran a dos personas que efectuaron las detonaciones y dejaron un cartel antes de retirarse en auto. El lugar ya había sido amenazado durante enero por parte de la banda que ofrecía CBU para que depositen el dinero de las extorsiones.
Ramón, hincha de Rosario Central, se encontró con su casa de Barra al 2100 revuelta y la falta de varias pertenencias este martes cuando volvió de trabajar.