Osvaldo Zalazar falleció este miércoles en el Heca. Fue herido el domingo por la tarde cuando volvía a la Unidad Penal Nº 16. Estaba ligado al crimen del Pájaro Cantero.
El preso que fue baleado en el atentado contra un móvil del Servicio Penitenciario el domingo pasado a la tarde falleció este miércoles como consecuencia de las graves heridas.
Se trata de Osvaldo Salazar, un interno que volvía a la Unidad Penal N° 16, de Avenida de las Palmeras al 3800, en el límite entre Rosario y Pérez, cuando fue acribillado.
Salazar, alias Popito, estaba dentro de la combi del Servicio Penitenciario cuando los disparos arreciaron a la altura de Los Talas y El Chajá, a unas seis cuadras de su domicilio.
Si bien se llevó la peor parte, la ráfaga alcanzó también a un agente, que sufrió un tiro en el abdomen y estaba internado. El coche celular quedó hecho un colador: 26 impactos.
El recluso falleció este miércoles en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
El crimen de “Popito” Zalazar se enmarca en la lista de muertes que surgió con el crimen de Pájaro Cantero en 2013, el por entonces jefe de Los Monos. Eso desató una secuencia de violencia que ya tiene, al menos, unas 14 de víctimas, la mayoría impunes.
El preso asesinado estuvo en el juicio junto a "Pollo" Bassi y otros dos acusados que fueron absueltos y, a su vez, sufrieron asesinatos de familiares.
Un colectivo de la empresa Laguna Paiva que trasladaba oficiales a Rosario fue atacado en el ingreso a la ciudad desde la autopista a Santa Fe. No hubo heridos
Este lunes por la tarde autoridades del establecimiento educativo N°68 de la vecina localidad alertaron sobre el hallazgo. Personal de la Brigada de Explosivos informó que el artefacto no tenía poder de fuego y se procedió al secuestro de una nota amenazante.
El episodio tuvo lugar alrededor de las 21.30, en la comisaría 17ª, ubicada en zona de Gorriti al 5600, frente al Nuevo Hospital Iturraspe. Según explicaron los guardias, los integrantes del grupo rompieron el cerco perimetral lindero. Así llegaron a los techos de la dependencia, rompieron el enrejado de la esquina sudoeste de uno de los pabellones y lograron concretar la huida en una camioneta blanca.
A partir de un aviso, la policía lo halló minutos antes de las 8. Por el estado, en principio no pudieron determinar si se trataba de un hombre o una mujer. Al lugar arribó la Policía de Investigaciones y el Gabinete Científico Forense