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Ratifican que un directivo escolar acusado de abuso sexual, esperará el juicio en libertad

El hermano Pedro aguardará el juicio en libertad tras el fallo de la Cámara que no dió lugar al pedido de la fiscalía de prisión preventiva

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La Cámara de Apelaciones de Venado Tuerto rechazó un pedido de prisión preventiva realizado por la Fiscalía para un ex director del Colegio Sagrado Corazón de esta ciudad que había sido imputado por abuso sexual de menores que estudiaban en ese establecimiento educativa. Se trata del Hermano Pedro Ortiz quien desde hace unos años no reside más en la ciudad. Cuando todo hacía pensar que le dictarían la prisión preventiva, ante la gravedad de los casos por los cuales fue imputado, la Cámara venadense decidió no hacer lugar al pedido de la Fiscalía.

La audiencia fue celebrada el viernes y fue presidida por el juez de Cámara, Juan Pablo Lavini Rossett, quien dictaminó que el religioso imputado por abuso sexual contra alumnas del reconocido colegio venadense esperará el juicio oral en libertad aunque con reglas de conductas. Actualmente se encuentra en un establecimiento religioso de la localidad bonaerense de Temperley, pero deberá fijar otro domicilio.

Pedro Ortiz esperará el juicio oral en libertad pero deberá obedecer reglas de conducta tales como fijar lugar de residencia en Temperley (Buenos Aires), presentarse diariamente en sede policial de Lomas de Zamora, imposibilidad de ejercer la docencia para evitar el contacto con adolescentes y deberá someterse al proceso cada vez que sea citado.

Débora Cieri es la mamá de una de las chicas abusadas por el hermano Pedro y mostró su sorpresa ante la medida judicial. “No se entiende. Por más explicaciones y razones que se dieron en la audiencia, quien puede entender porqué dictan prisión a alguien que roba un celular (por ejemplo) y no a un abusador con cuatro denuncias. Desde nuestro lugar no lo podemos entender. Aunque sabemos el poder que tiene por pertenecer donde pertenece. Lamentable”, señaló indignada la mamá.

Desde que Pedro Ortíz se fue de Venado Tuerto hace unos años, su lugar de residencia fue una casa del colegio Manuel Belgrano de Temperley perteneciente a la congragación religiosa del Sagrado Corazón. Según lo dispuesto por la Cámara de Apelaciones, deberá abandonar ese lugar porque existe la posibilidad de estar en contacto con alumnas.

Lo cierto es que este diario había consignado el 11 de julio de 2022 que “un religioso del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Venado Tuerto fue denunciado por una alumna por episodios de abuso sexual ocurridos entre 2018 y 2019 . El hombre, identificado como Pedro Ortíz, ahora enfrenta una causa que se elevaría a juicio en agosto y que podría resultar en una pena máxima de 10 años de prisión”.

Luego fueron sumándose otras denuncias de compañeritas del colegio y todos sostenían los mismo con respecto al religioso acusado de abusos. Tenían miedo de quedarse solas con él, no querían cambiarse delante del religioso. Todas coincidían en lo mismo en cuanto al toqueteo que ejercía el hermano Pedro sobre ellas.

La fiscal que investigó el caso, Florencia Schiappa Pietra, había imputado a Ortiz con la figura de abuso sexual gravemente ultrajante doblemente agravado por haber sido el encargado de la educación y por causar serias secuelas psicológicas en la víctima. Este fue el primer caso y es el de la hija de Cieri.

La fiscal había pedido tiempo atrás que el religioso permanezca en una cárcel común cosa que en su momento no fue autorizado por la Justicia y fijó su residencia en una casa perteneciente a la congregación religiosa. Desde el viernes deberá cambiar de domicilio y seguirá en libertad mientras aguarda el juicio oral.

Indignada
La madre de una de las chicas abusada cuando cursaba el último año del primario en el Sagrado Corazón, Débora Cieri, sostuvo sobre la resolución judicial de no dictarle la prisión preventiva al religioso imputado de abuso sexual, que “sabiendo como se viene esto, en cuanto a quien nos estamos enfrentando, la teníamos difícil. Lo sabíamos. Pero elijo quedarme con lo positivo y que es muy importante que es el cambio de domicilio del imputado y quienes controlen lo que la justicia dispuso para él”.

En efecto la preocupación de Cieri era que el religioso no esté en contacto con alumnos como supuestamente estuvo todos esos años en los que residió en Temperley.

La mujer dijo que “siempre espero justicia. Pero la justicia de la verdad. Que es la de las víctimas y las otras q todavía no pueden hablar. Hay muchos que todavía no nos creen. Pero el juicio va a demostrar lo que venimos luchando desde el 2021. Es muy difícil. Tedioso. Triste. Frustante. Doloroso. Pero no voy a bajar los brazos”.

Fuente: La Capital

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