La cúpula provinical que tiene a su cargo combatir el delito en la provincia fue víctima de actos intimidatorios. La denuncia, en la fiscalía regional a cargo de Jorge Baclini.
El ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto, y el secretario del área, Matías Drivet, fueron víctimas anoche de amenazas anónimas que, altas fuentes del gobierno provincial, calificaron de "muy graves" por el tenor de las intimidaciones y las precisiones que hacían sobre las actividades de los funcionarios y su entorno.
Ambos funcionarios gubernamentales recibieron en horas de la noche de ayer llamadas a sus teléfonos fijos con mensajes intimidatorios. Varios de sus allegados también fueron blanco de amenazas, en las que se daba cuenta de informaciones sobre su vida cotidiana que eran conocidas solamente por sus más íntimos.
Lamberto y Drivet ya habían pasado por una situación similar en septiembre del año pasado a poco de iniciarse la investigación del crimen del líder narco Claudio "Pájaro" Cantero. Ambos recibieron llamados y mensajes de texto a sus celulares en los que les decían que conocían los movimientos de los funcionarios y sus familiares.
Antes, el pasado 14 de junio, se recibió un llamado en un juzgado luego de que se hallara en la zona sur de la ciudad un depósito con 60 kilos de cocaína. Una voz anónima reveló que se estaba preparando atentados contra el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna, el ministro Lamberto y el personal que trabaja en los operativos destinados a perseguir a esos grupos criminales en Rosario.
Hoy el fiscal regional, Jorge Baclini, tenía previsto recibir la denuncia formal de Lamberto sobre las amenazas, también sobre el acto intimidatorio que recibió el chofer de Drivet ayer a la madrugada cuando circulaba con el vehículo oficial que habitualmente utilizan los funcionarios de Seguridad santafesina.
El hecho ocurrió alrededor de las 3 de ayer, en la autopista Rosario-Santa Fe, a la altura de la localidad de Arocena. En el coche que fue perseguido y encerrado por otro vehículo -un Volkswagen Bora con vidrios polarizados- tenía previsto viajar una comitiva de funcionarios del Ministerio de Seguridad pero a última hora desistió de hacerlo.
El auto oficial estaba asignado a Drivet, quien por razones personales había optado por no acompañar a la intendenta Mónica Fein en la reunión que tenía en Buenos Aires, pero sí lo ocupaban dos directores del área. El episodio fue entendido como un intento de intimidar a los responsables del área de Seguridad provincial.
Un Volkswagen Bora con vidrios polarizados persiguió durante unos diez minutos, efectuando maniobras de encierro, al automóvil oficial en el que debía viajar Matías Drivet, número dos del ministerio.