Después de un mes de tratamiento Lucas Pastorino regresó el martes a Fighiera. Recibió cuatro implantes de células madres y según el testimonio de su mamá María Rosa Ciribé “existe hasta un 80% de probabilidades de que él con el correr del tiempo pueda caminar”
El martes a las 19.30 llegaron al aeropuerto de Ezeiza Lucas, María Rosa y Gisela Crespi quien viajó para acompañarlos. Los tres después de unas 32 horas de viaje retornaron a Fighiera felices por la misión cumplida y más aún llenos de alegría por los cambios que el nene la comenzó a tener desde los primeros implantes. “El cambio que se ve más notorio es en la fuerza, en la movilidad del cuerpo del lado izquierdo que no tenía en ese lado. Lo que pasa es que todavía esa fuerza no la puede controlar”, aseguró María Rosa con quien charlamos a horas de volver a su casa, quien además contó que los profesionales del Beijing Shizhentang Hospital dieron esperanzas de que “existe hasta un 80% de probabilidades de que él con el correr del tiempo pueda caminar”. Y así mismo de poder hablar mejor.
Ahora tendrán unos 15 días antes de que Lucas vuelva a retomar su actividad normal como por ejemplo ir a la escuela y en días comenzaría con los trabajos de kinesiología, fonoaudiología y terapia ocupacional tal cual venía haciendo solo que el tratamiento a seguir es un poquito más intenso y con algunas otras actividades. Mientras que la medicación al menos por ahora le debe ser suministrada al igual que en China.
Lucas es uno de los hijos cuatrillizos de la familia Pastorino y viajó con la esperanza de poder mejorar su calidad de vida ya que sufre de encefalopatía crónica no evolutiva. Finalmente después de largas semanas la familia volvió a reencontrarse. Ahora sí Guido, Manu, Facu, Lucas y sus papás María Rosa y Daniel ya están felices todos en casa.