Falta de higiene urbana. Algunos están frente a escuelas y plazas. En Fisherton los habían apuntado como una de las causas del gran anegamiento.
Yuyos altos y acumulación de basura. La postal acompaña todo el recorrido de la avenida de Circunvalación, transitada diariamente por miles de vehículos. En los 30 kilómetros de la traza, una recorrida realizada ayer por LaCapital contó más de 50 basurales instalados sobre las colectoras, a la vera del camino. Algunos sobre populosos barrios e, incluso, frente a escuelas o centros de esparcimiento. Desde el municipio aseguran que las obras de remodelación de la ruta complican la limpieza.
La acumulación de residuos sobre las colectoras de Circunvalación no es un problema nuevo, en muchos casos estos depósitos clandestinos aparecen como crónicos, por ejemplo en el barrio Las Flores o Domingo Matheu, pero la tormenta de hace dos semanas que dejó bajo agua al barrio de Fisherton los puso otra vez en el centro de la escena.
Es que, además de la inédita cantidad de agua caída, las obras de construcción de la colectora de la avenida y la acumulación de residuos en el lugar aparecieron como una de las hipótesis para explicar el anegamiento de un sector de la ciudad que históricamente estuvo a resguardo, pero que esta vez padeció hasta un metro de agua en el interior de las viviendas.
Lo cierto es que con sólo transitar apenas algunos metros de la avenida que recorre la ciudad de sur a norte se encuentran los cúmulos de escombros, ramas, residuos domiciliarios, partes de muebles o llantas, tanto armados a la vera de las colectoras como bajo los puentes de la ruta. "El problema es crónico. Basta que alguien tire un par de escombros o ramas para que en pocos días se arme una montaña de basura —aseguran los conductores que la recorren a diario—. Y lo peor es que muchas veces se incendian y, según para donde vaya el viento, la ruta se llena de humo".
Por todos lados. La zona sur de la avenida se muestra como uno de los sectores más críticos. De entrada, basta atravesar 27 de Febrero para advertir la falta de mantenimiento: el pasto está tan alto que ya llega a tapar los guarda rail y se intercalan en el paisaje con caballos pastando y cúmulos de ramas y escombros sobre las calles paralelas. Los más tupidos, a la altura de Uriburu y sobre el ingreso a Pueblo Nuevo donde se extienden por varios metros.
A la altura de calle San Martín un camión deja escombros a la vera de la colectora. A escasos metros hay otros dos depósitos grandes, donde a los restos de construcción se suman llantas y alimentos. Pero la vista más curiosa sea quizás la de un desarmadero que usa los espacios verdes de la ruta para cobijar a una veintena de automóviles oxidados con destino de desguace.
El cruce con calle España es otra zona complicada. Allí dos contenedores metálicos se muestran totalmente rebasados de los residuos que se acumulan también sobre la vereda. Hasta allí llegan los mismos vecinos con carretillas, bicicletas o carros y hasta automóviles particulares para arrojar lo que sobra.
Enfrente del lugar está la escuela secundaria de barrio Las Flores, con un mural pintado en su frente de colores brillantes que recuerda la labor de Pocho Lepratti, contrastando con ese panorama de suciedad y olvido.
Una instantánea que se repite a la altura de Avellaneda, en el barrio Domingo Matheu, en el barrio Toba de Seguí o a la altura de Rivarola. En la intersección con Córdoba a los residuos se suman también cientos de sandías que, aparentemente, se echaron a perder antes de encontrar comprador. Y también hay basurales sobre Derqui, Subiría, José Ingenieros y Baigorria. En este último lugar los desperdicios se acumulan por metros incluso debajo del puente y a escasos metros de una canchita de fútbol.
Así, las postales de suciedad se repiten, paradójicamente, en una de las avenidas más neurálgicas de la ciudad.
"La mugre es impresionante"
El concejal y ex intendente Héctor Cavallero volvió a vincular ayer el anegamiento registrado en distintos barrios con la acumulación de basura en sumideros y bocas de tormenta. El edil del Partido del Progreso Social apuntó que desde el día de la inundación “la mugre es y era impresionante” y pidió a la Intendencia acciones para mejorar los servicios de recolección e higiene urbana. “Los contribuyentes pagamos más de 1 millón y medio de pesos por día nada más que de barrido y limpieza y el servicio deja que desear”, criticó.
Desde la Secretaría de Deporte y Turismo se anunció que la tradicional celebración de la ciudad tiene una jornada extra, en el marco de los 40 años del encuentro. El predio funcionará de 19 a 22.30