La madre de un niño con discapacidad motriz señaló que el comercio de San Martín y Córdoba no cuenta con sanitarios en planta baja, ni instalaciones adaptadas. La mujer afirmó que su hijo “fue discriminado y vivió un momento angustiante”
Francisca Gorla es la madre de un niño de 8 años, discapacitado motriz, que este miércoles concurrió al local de comidas rápidas situado en San Martín y Córdoba, y relató en el espacio Periodismo Ciudadano de Rosario3.com el “desesperante” episodio que vivió al necesitar un baño con urgencia para el pequeño mientras aguardaban su pedido.
“Ya habíamos pedido la comida, cuando mi hijo me dijo que le dolía la panza y necesitaba ir al baño. Entonces, le solicté a la empleada que me habilitara un baño en planta baja ya que mi hijo no puede subir escaleras y ella me respondió que «no hay ningún baño en planta baja» y que “si quería un baño para discapacitados pidiera permiso en el Banco Nación que se encuentra enfrente o en uno de los negocios de la peatonal”, afirmó Francisca.
“Mi hijo lloraba descompuesto pidiendo por favor porque ya no daba más, y como la gente empezó a protestar, todos los empleados se escondieron detrás de una puerta haciéndome esperar más de 10 minutos”, señaló la mujer en su relato.
“Entonces –dijo– les golpeé la puerta y les exigí que me dieran una solución porque el nene ya estaba muy descompuesto. Fue en ese momento que me dijeron que las acompañara. Salimos del local, caminamos por calle Córdoba e ingresamos a una galería (todo esto lo hice con mi hijo en brazos porque él no puede caminar mucho); subimos a un ascensor, pero cuando llegamos al piso, todas las puertas estaban cerradas y me dejaron ahí con mi hijo llorando”.
“Después de mi desesperación, bajamos con el ascensor y un custodio de la galería, al ver lo que sucedía, muy amablemente me consiguió un baño. El mismo señor me aclaró que «esto ocurre con todas las personas que van a ese local, sean niños pequeños, embarazadas, gente mayor o discapacitados»”, agregó.
“Esta experiencia que vivimos me dejó un saldo positivo que es el apoyo de la gente, y otro negativo, ya que mi hijo, a los 8 años, ya sabe qué es la discriminación”, concluyó Francisca, en diálogo con La Primera de la Tarde (Radio 2) y aseguró que denunció lo ocurrido en la seccional 2ª de Policía, y hará lo propio ante la Municipalidad de Rosario, para que se investigue la habilitación con que cuenta el comercio.