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Un nene de seis años se convirtió en héroe y salvó de un incendio a su hermana

Víctor logró sacar de la cuna a Victoria antes de que el fuego progresara y se convirtió en el héroe. La madre había salido al almacén y los chicos estaban solos. Sólo hubo que lamentar pérdidas materiales.

Cristian Benítez, papá de Víctor, muestra el estado en que quedó la casa. Atrás está la cuna en la que estaba la nena en el momento del incendio. Foto: G. de los Rios

Cristian Benítez, papá de Víctor, muestra el estado en que quedó la casa. Atrás está la cuna en la que estaba la nena en el momento del incendio. Foto: G. de los Rios

Esta vez la providencia actuó e iluminó a Víctor, un nene de seis años que salvó a su pequeña hermanita del incendio que sufrió ayer por la mañana la humilde vivienda de la familia Benítez, ubicada en Cafayate al 1350 bis, en Empalme Graneros. Su intervención, su lucidez y su corazón valiente evitaron daños personales tras la tragedia que se desató al final de un estrecho pasillo de zona noroeste.

A las nueve, ellos dos eran los únicos que habían quedado en la casa. María, la madre, había salido rumbo al almacén a comprar yogur, y Víctor se quedó a cuidar a Victoria, de un año y once meses. En ese momento, un cortocircuito en la precaria instalación eléctrica provocó un incendio que comenzó a ganar con llamas rápidamente el interior de la vivienda. El nene leyó la situación como un auténtico adulto, pensó primero en su hermana, la sacó de una cuna que tiene laterales muy altos y la llevó hasta la calle, mientras los vecinos se acercaban a apagar el fuego con lo que tenían a mano.

Abrazados

Víctor, que había actuado como un pequeño gran héroe, caminó hasta la esquina con su hermana, la abrazó todavía temblando del susto y allí encontró a su madre, que no comprendía la escena en su regreso de las compras. "Yo no entendía nada cuando vi a los chicos en la esquina. Después empezaron a salir los vecinos, diciendo que se me estaba quemando la casa", le contó a este diario María, visiblemente emocionada por la excepcional conducta de su hijo, pero tremendamente compungida por las enormes pérdidas materiales que debió lamentar.

La ayuda de los vecinos permitió controlar el incendio antes de que afectara los muros exteriores de ladrillos huecos. Fuentones, baldes, palanganas, cacharros, fueron los sencillos elementos que utilizaron para enfrentar la voracidad de las llamas. Estuvieron tan atentos, que pudieron retirar a tiempo la garrafa. Y cuando arribó el camión de bomberos y los móviles de la policía, la situación prácticamente ya estaba controlada.

"Víctor es un chico muy inteligente y siempre cuida mucho a su hermana. Lo que no sabemos es cómo hizo para sacarla de la cuna", comentó todavía admirado Cristian, el padre del chico que se transformó en el principal destinatario de elogios en todo Empalme Graneros.

Los Benítez, un matrimonio con tres hijos (el tercero es Kevin), perdieron todo lo que estaba dentro de la casa: camas, colchones, heladera y televisor. Muy poco pudieron recuperar de ropa y zapatos. El fuego se llevó casi todo, sin ningún tipo de piedad, y ahora quedaron al absoluto amparo de la solidaridad de los rosarinos (ver aparte).

Por la tarde, Víctor y Victoria fueron trasladados a la casa de la abuela, a unas pocas cuadras del lugar del accidente. Según los familiares, cuentan que fue difícil tratar de serenarlos después de todo lo que les tocó protagonizar ayer por la mañana.

"Los llevamos allá para tranquilizarlos. No queríamos que se quedaran en el mismo lugar donde pasó todo", señaló María, con el criterio, la sensibilidad y la sensatez que caracteriza a todas las madres.

"Además, como por un tiempo acá no habrá luz, preferimos que se queden en lo de la abuela", agregó, sentada de costado, con la mirada perdida, como buscándole explicaciones a esta terrible desgracia, que sólo por la noble acción de Víctor no desembocó en una fatalidad.

Víctor es alumno de la Escuela 1319 José Ortolani, establecimiento que queda a dos cuadras de la casa de los Benítez y que conforma el centro neurálgico del funcionamiento de esa populosa barriada.

Los policías les sugirieron a los padres que lleven a sus hijos con profesionales. "Nos recomendaron el trabajo de algunas asistentes sociales. Por eso los vamos a llevar al dispensario. Queremos que estén apoyados", dijo en relación al Centro de Salud Juana Azurduy, de calle Fraga 1087 bis.

Así, Víctor le salvó la vida a Victoria, y entre los Benítez se forjó un corajudo mensaje de esperanza que les servirá para enfrentar con igual entereza este mal momento.

Fuente: La Capital

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