Será hoy en España al 100. Amsafé Rosario relevó 137 instituciones en el departamento Rosario con problemas en el servicio.
Los secundarios protestan con un "Frazadazo" este miércoles frente a la Escuela Nº469 (ex Técnica 7), en España al 100. Foto: Celina Mutti Lovera
El frío volvió a llegar antes que el gas a las escuelas. Los estudiantes no solo reclaman que siguen dando clases con frío, sino que además la falta del servicio continúa dificultando que los alumnos reciban una merienda o un plato de comida caliente. Ese escenario volvió a empujar a las comunidades educativas a visibilizar el problema fuera de las aulas. Esta vez, la idea de hacer un "frazadazo" nació en la Escuela de Enseñanza Técnica Nº 469 Estanislao Zeballos y otros once centro de estudiantes, a los que se sumó la Federación de Secundarios Rosario. La cita es hoy, a partir de las 11, justamente en España al 100, frente a la 469.
Los estudiantes afirman que son por lo menos 160 los edificios escolares de la ciudad que no tienen gas. "Es una problemática que urge", señalan desde la federación y dejan en claro que "la principal y más grave consecuencia de esa situación es el frío y el hambre".
No ajenos, además, a una pandemia de Covid-19 que no está concluida por completo, tal como lo indican las autoridades del propio Ministerio de Salud de la provincia, los estudiantes señalan que esa situación se agudiza "ante la obligación de mantener los espacios despejados con las ventanas abiertas, al tiempo que no se cuenta con condiciones edilicias digas ni calefacción".
"Necesitamos visibilizar la problemática para que el conjunto de la sociedad no sea indiferente", reclaman los secundarios para pedir que no sean solo ellos quienes este miércoles se manifiesten por mejores condiciones.
El último relevamiento
El problema del gas es histórico en las escuelas y cada año Amsafé Rosario lleva adelante relevamientos para registrar esa y otras urgencias en los edificios escolares tanto de la ciudad como del departamento, que quedaron asentadas en el último registro, de marzo pasado, sobre 223 escuelas.
Muy por encima de otros temas, la falta o los problemas en el servicio de gas aparecen al tope, ya que de las 223 escuelas que respondieron el cuestionario, 137 indicaron estar trabajando sin gas o con un servicio deficiente, lo que representa más del 61 por ciento del total.
Aunque existen otros inconvenientes a los que hacer frente, los números están por debajo: 81 necesitan resolver problemas en las instalaciones eléctricas y 13 directamente no tienen luz, otras 81 no tienen baños en condiciones y en 71 edificios escolares hay inconvenientes con el agua, aparte de los nueve edificios que directamente no cuentan con el suministro.
Si bien el Ministerio de Educación de la provincia se comprometió a iniciar las obras, el frío parece que llegó antes que las soluciones. Más aún, en escuelas donde el Fondo de Asistencia Económica (FAE), que trabaja con financiamiento del municipio ya había iniciado reparaciones, las tareas quedaron en manos de la empresa contratada por la provincia.
Con frío y sin comida caliente
Las cantinas y comedores son un capítulo aparte. Tal como lo señalan desde los centros de estudiantes secundarios, no son pocas las escuelas que por no contar con el servicio de gas, a esta altura del año, aún "no ofrecen a sus alumnos un alimento saludable y caliente". Además, hacen hincapié en algo que maestras han repetido hasta el hartazgo: para muchos chicos ese es el único plato de comida del día.
De esto sabe el titular del FAE, Rubén Rosa. Allí, desde febrero pasado se pusieron como meta trabajar específicamente en establecimientos que tengan comedor y copa de leche "para garantizar que los chicos tengan comida y leche calientes", explicó a La Capital.
De hecho, a través de esas obras, y en acuerdo con el Ministerio de Educación, una decena de escuelas recuperaron el servicio, sin embargo, son muchas las que aún faltan. Así y todo, dejó en claro que "la prioridad se puso en comedor", lo que deja sin resolver en muchos casos la calefacción para el resto del edificio.
Lo cierto es que en ese contexto, los relatos de maestras, directoras, auxiliares y estudiantes evidencian verdaderos malabares para sobrevivir al frío en las escuelas: conectan anafes eléctricos en las cocinas para poder garantizar algo caliente para los chicos y buscan alternativas cuando, pese a la llegada del otoño, a los alumnos no reciben para comer más que un sándwich de jamón y queso, frío, y una mandarina.