Ayer por la tarde convocadas para sensibilizar con respecto al cancer de mama por el "Grupo de los jueves " compartimos una tarde de experiencias, saberes y risas.
Cuando hablamos de cáncer solemos describirlo con las siguientes palabras: batallar, luchar, etc Pero podríamos preguntarnos ¿Porque enfocarnos en lo difícil?, porque no me permiso para abandonar la batalla con nosotros mismos? Y así enfocarnos en realizar el tratamiento indicado por el oncólogo, pero por, sobre TODO, en VIVIR en lugar de pelear, en DISFRUTAR lo cotidiano, en MARAVILLARNOS con la victoria de cada día vivido.
“La mayoría de nosotros, educados en la tradición de la ciencia occidental, tendemos a considerar la enfermedad como una especie de falla mecánica de nuestro cuerpo, que requiere de “UN MECANICO DEBAJO DEL CAPÓ” para reconectar los cables y reemplazar partes. A esto le llamamos curación. En cambio, la sanación es una cuestión de significado, no de mecánica, una respuesta integral que busca entender la experiencia de la enfermedad como parte esencial de la vida. Según este enfoque, QUIEN SANA, NO ES EL PACIENTE SINO LA PERSONA…es atender los diferentes niveles del ser de una persona, sus aspectos físicos, psicológicos, espirituales, sus relaciones, su entorno y las interrelaciones entre todos sus niveles. Cada uno es importante y ninguno puede ser ignorado… No es un fracaso que alguien muera – pues hacia eso vamos todos – sino que no viva intensamente hasta morir … La enfermedad nos devuelve a lo que ES IMPORTANTE, tanto al paciente como a la familia. Nos acerca al territorio de las cosas sagradas porque nos lleva a plantearnos interrogantes sobre el sentido de la existencia, porque pone a prueba nuestros vínculos interpersonales. En esos momentos se modifican las prioridades, desaparecen las preocupaciones superfluas, nuestras mascaras se caen y logramos una conexión de almas que puede significar la puerta de acceso a una recuperación extraordinaria”.
Stella Maris Maruso, El laboratorio del Alma, 2009.