Por su riqueza en materia orgánica, los restos de comida son un lugar ideal para el desarrollo de microorganismos y plagas.
La acumulación de restos de alimentos en una cocina, puede llegar a constituir un problema sanitario, ya que es en el cesto de la basura donde muchos microorganismos encuentran el lugar idóneo para desarrollarse.
Si se llegan a generar plagas (moscas, hormigas, cucarachas e incluso roedores), éstas contribuyen a la proliferación de los gérmenes por otras zonas, contaminando superficies, utensilios y alimentos.
De la multitud de factores que deben tenerse en cuenta en seguridad alimentaria, la manipulación de los restos de comida es uno de los últimos eslabones de todo el proceso. Sin embargo, merece la misma atención y precaución que cualquiera de los otros posibles focos de contaminación.
En la cocina debemos tener en cuenta:
El cesto para la basura debe estar siempre tapado
Hay que vaciarlo cada día, limpiarlo y desinfectarlo
Si se encuentra en un armario, también de debe limpiar y desinfectar ese lugar
Recuerde que después de manipular residuos, también se deben lavar y desinfectar bien las manos para no contaminar los alimentos que se están manipulando.
Los modelos encastrados en el bajomesada, son cómodos, pero pueden convertirse en un foco de contaminación si no se limpian y desinfectan, ya que interfieren con la zona de manipulación de los alimentos.
Otros residuos de la cocina
Tengamos en cuenta que en la cocina, también se pueden generar otros residuos. Su correcta manipulación y tratamiento, serán fundamentales a la hora de evitar riesgos. Uno de ellos es el aceite usado. Nunca debemos desecharlo por la pileta de lavar, además de obstruir desagües y cañerías, es un gran contaminante para el medio ambiente.
Los repasadores de tela o toalla y las esponjas que se utilizan en las cocinas, actúan como reservorio y propagadores de gérmenes patógenos. Tomando simples precauciones, ayudamos a eliminar las condiciones para que éstos se propaguen.