En el ingreso se hace un test voluntario. El que lo pasa, no paga. La idea busca reducir el alcohol en las previas.
En la entrada a La Normandina, el domingo, hubo largas colas para hacer el test de alcoholemia. Más de mil jóvenes lo pasaron. Foto: MARCELO GENLOTE. Clarín
Mar del Plata.- “¡¿Qué?! ¡¿Era en serio?!”, exclama Facundo (22) con ojos achinados, sonrisa etílica y una botella de espumante azul en la mano. A pocos metros, Jorge (29) le dice por lo bajo a un amigo: “Bueno, hagamos la prueba y si pasamos, pasamos”. Antes de llegar, admite, se tomó varios whiskys. Pero ahora, un desafío convoca a todos los que esperan para entrar al complejo La Normandina, frente a Playa Grande: salvarse de pagar los 120 pesos de la entrada al boliche. Para eso necesitan estar por debajo del límite permitido de alcohol. Así los que recién se enteraron y los que se cuidaron porque ya lo sabían piden una pipeta descartable y van a la cola. Para las 2.40, la hilera ya supera los 50 metros.
En la madrugada del domingo, se realizó la segunda jornada del plan “Manejá lo que tomás” que puso en marcha el gobierno bonaerense con dos boliches de Mar del Plata y la Federación de Industria Licorista Argentina. Se invitó a los chicos a hacerse tests de alcoholemia voluntarios a cambio de entrar a bailar gratis, en el caso de tener menos de 0,5 gramos de alcohol en sangre (el límite permitido para manejar). El objetivo: desalentar el consumo de bebidas en la previa.
El plan derivó en largas colas y demoras. Hubo debate. “¿Si tomaste una cerveza te da mal?”, preguntaba con desesperación una rubia de tacos altos y pollera brillante que tiritaba con la brisa marplatense. “¡Si me da positivo me tengo que ir a casa! ¡Es una injusticia!”, se indignó un petiso, hasta que le aclararon que sólo tendría que pagar la entrada. Se indignó más. Adelante, con el examen aprobado, Lucila (19), del barrio Constitución de Mar del Plata, estaba orgullosa: “Nunca tomo y la paso bien igual, me merecía un premio”.
En los dos primeros días de controles, 1.000 chicos pudieron entrar a los locales del complejo La Normandina –el otro que participa de la movida es Sobremonte– sin pagar entrada, según informó el director de Responsabilidad Social Empresaria de la Provincia, Marcelo López. Otros 100 no pasaron la prueba y tuvieron que sacar la billetera antes de bailar. Los test seguirán todos los días, pero alternando cada semana en uno de los dos complejos marplatenses.
“Si fuera en serio, ¿no te parece que sería mejor controlar a la salida? Esto es márketing”, se enojó José Montaña, un sanjuanino de 26 años, minutos antes de soplar la pipeta. “Lo que no gasten en la previa, se lo van a gastar adentro, eso es lo que buscan; acá nadie te regala nada”, se quejó, recién llegado de Ramos Mejía, Agustín Pérez. Pero el debate quedó abierto. Mientras esperaba que avance la cola, Angela, una morocha de 22 años, expresó una postura distinta: “En cualquier boliche la bebida te sale tres veces más caro que en el súper. Los pibes se van a cuidar más”.
A quienes participaron del examen voluntario, también se les realizó una encuesta. De allí surgió que de los que habían tomado, el 70% consumió fernet, vodka o gancia; el 20% cerveza, 6% vino y un 4% champán.
“Este plan cuenta con el apoyo de los privados para resolver una cuestión que a ellos también los perjudica: además del costo para la salud pública o de los accidentes de tránsito, el alcohol provoca violencia en los boliches”, analizó López. El gerente comercial de La Normandina, Mariano Pereyra, reconoció que “hoy la gente se junta en las casas y ya llega alcoholizada al boliche”. Por eso, los bailes arrancan cada vez más tarde y con más litros de bebida encima. Ahora, la apuesta es torcer la mala costumbre con entradas gratis.
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