La nueva temporada llega con precios recargados y renovar el guardarropas se convirtió en un verdadero lujo. Aconsejan aprovechar las promos y las cuotas y comprar prendas clásicas que no pasen de moda.
Este año, la temporada primavera-verano trae algo más que estampas, blazers y chupines. Vestir a la moda cuesta entre un 25 y un 30% más que la misma época del año anterior.
Tras un invierno duro en ventas, con liquidaciones anticipadas y consumidores cada vez más cautos, las marcas apuestan a las cuotas de los bancos con tarjetas y a las nuevos planes sin interés para atrapar a los clientes.
Sin embargo, desde las organizaciones que representan a las marcas de indumentaria aclaran que las subas de costos atravesaron la cadena de producción, con aumentos de las materias primas, insumos, y la manufactura de los productos finales.
Según Vicente Lourenzo, secretario de CAME, “la temporada de verano es complicada en cuanto a precios y en cuanto a lo que es estrictamente tendencia de moda. La realidad es que muchos proveedores están con subas que van de un 25 a un 30% ”, reconoció.
La vuelta del clásico “12 cuotas sin interés” es uno de los incentivos para los consumidores. Sin embargo, ningún esfuerzo sirvió para frenar los costos que ya se hacen notar sobre el bolsillo de los consumidores: “Un conjunto de un pantalón y blazer de dos colores ronda los $3.500. Y sin duda la mejor forma de venderlo es con plan de 12 cuotas”, refleja Lourenzo.
Por su parte, Marcelo Sorzana, director de la consultora especializada en moda Surreal, asegura que “en el rubro textil no se cayó la venta, sino lo que ocurre es que los costos de la ropa en Argentina son altísimos, porque coyunturalmente este país tiene precios carísimos”. En ese sentido, el experto en marketing aclara que “a los precios hay que sumarles tasas, ingresos brutos, impuestos que se pagan por única vez pero que se siguen cobrando, cargas sociales... A la presión impositiva hay que agregarle las cuotas y promociones de las tarjetas, que son absorbidas por las marcas aunque se crea lo contrario”, remata Sorzana.
Más allá de las estrategias de producción, nada parece ser suficiente esta temporada para hacer frente el impacto en los bolsillos de los que quieran vestirse a la moda.
Jacqueline Merz, gerente de marketing de Mazalosa (Desiderata, Portsaid y System) explicó en La Nación: “La estrategia para esta temporada fue dividir la colección en productos básicos con precios ultracompetitivos y productos de tendencia con precios competitivos. Realizamos acciones promocionales con bancos y shoppings, y desarrollamos activaciones para clientes fidelizados”.
En tanto, la diseñadora Vero Alfie puso el énfasis en que “esta temporada bajamos muchísimos gastos para poder mantener el margen de ganancia con los precios”. ¿La clave? Recorrer, revolver y comprar prendas clásicas, sin estridencias, que no pasan de moda. Una buena manera de amortizar la inversión sin caer en gastos excesivos.
El Día de la Madre es una de las celebraciones más populares en todo el mundo. Sin embargo, su fecha varía de un país a otro. En Argentina se celebra el tercer domingo de octubre.
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